viernes, 29 de julio de 2011

Frases populares

Vamos con una entrada dedicada expresamente a esas frases populares que muchos tenemos ya casi olvidadas y que debiéramos hacer lo posible por incluírlas en nuestro hablar e, incluso, en nuestro escribir cotidianos.
     
Las frases populares, lejos de denotar una falta de cultura, nos permiten una mayor variedad lingüística que nos presentará ante los demás como personas de conversación florida y agradable.

Lo malo es cuando no conocemos bien el significado de éstas y metemos la pata hasta el corvejón, o bien, cuando no decimos la frase completa olvidando que hasta el rabo todo es toro.

Toda esta disertación se me ha ocurrido después de haber estado pegando la hebra un buen rato con unos amigos y observar que utilizamos cada vez menos vocabulario para comunicarnos y eso va en detrimento de las posibilidades de expresar determinadas ideas, por ejemplo ahí van unas cuantas frasecillas que no tienen desperdicio alguno:

Quien bien te quiere te hará llorar

De dinero y de amistad, la mitad de la mitad

Nunca es tarde si la dicha es buena

Muerto el perro se acabó la rabia

La letra con sangre entra

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena

Y, cuando menos lo esperas, va el señor Presidente del gobierno y anuncia a bombo y platillo que se adelantan las elecciones al 20 de Noviembre y al señor Rajoy le habrá empezado a martillear la idea de el que la sigue la consigue, pero a mí me ha roto por el eje la elucubración mental que había iniciado y lo mejor será decir aquello de apaga y vámonos que mañana será otro día y no por mucho madrugar, amanece mas temprano. Lo dicho, hasta la siega del tocino queridos/as todos/as.

miércoles, 27 de julio de 2011

Alborear

Con las claras del día
la noche se disuelve
y con ella la luna,
la luna plateada.
El astro rey se asoma
y le guiña al paisaje
que su luz ilumina
disipando la niebla
que cubría los campos
como tenue ropaje.
Las gentes se despiertan
y toman el camino
que los lleva a los tajos
para sudar el pan,
ese pan cotidiano,
que el castigo divino
nos obligó a ganar.

lunes, 25 de julio de 2011

El camping, ese antiguo conocido

No se pueden Vds. imaginar lo bien que se pasa en un camping, sobre todo cuando hace ya al menos 15 años que no se prueba.
Es como si lo hubiésemos practicado la semana pasada la última vez. La colchoneta parece que sigue recordando la forma de tu cuerpo, (de cómo era antes tu cuerpo), las sillas parecen incluso más cómodas (sobre todo por las ganas que tienes de sentarte), la playa se encuentra siempre junto al camping (pero el camping tiene un Kilómetro de largo), los lavabos con esos grifos antidespilfarro (que se cortan antes de enjuagarte la cara), la ducha calentita (hasta que se acaba el depósito), etc, etc, no vamos a estar aquí haciendo una prolija relación de todas las bondades que nos aporta esta forma de vacacionar en contacto directo con los vecinos de al lado.
Pero lo bueno empieza cuando te dispones a dormir a pierna suelta la primera noche y no hay manera de soltar la pierna, o sea, de dormir y te levantas (con miles de fatigas para no molestar a los que sí duermen: ¡benditos sean!) y te paseas buscando quizás que el cansancio te rinda y vuelves a acostarte por si acaso hay suerte y te embarcas en los brazos de Morfeo, pero nada, no hay forma humana de conseguirlo y, cuando al fin lo consigues, ya empiezan a levantarse los demás y se acabó el silencio…
El día siguiente te lo pasas hecho una verdadera piltrafa pero piensas que si aguantas y no duermes la siesta, esta segunda noche conseguirás el objetivo deseado: dormir.
Y, después de nosecuantas horas de espera, por fin llega la noche y tú hala a disfrutar del sueño reparador (hasta parece que tienes sueño mientras cenas) y te estiras en la colchoneta inflable (como si fuera de verdad tu cama) y, cuando parece que te ha vencido el cansancio y vas a empezar a disfrutar del merecidísimo descanso, ¡toma! un apretón y a correr desesperado hacia los servicios que parece que se los han llevado más lejos todavía (con lo cerquita que está el wc de tu casa) y, al final lo de siempre: llegas tarde y empieza el calvario de ducharte(con agua fría por supuesto), lavar lo que se ha manchado(que se ha manchado bastante), entrar en la tienda a tientas y sin hacer ruído, cambiarte de ropa interior sin moverte mucho y volver a la tarea de dormir; pero, como un par de horas más tarde, nuevo apretón y vuelta la burra al trigo, repetición completa de la jugada y así hasta tres veces en la misma noche. Eso sí, por la mañana, te preguntan:¿Cómo has dormido esta noche? Y tú, con una cara que es un poema, contestas:  Mucho mejor, gracias,(y piensas con alivio que esta noche dormirás en casa).

Las cosas que pasan

Definitivamente las cosas pasan porque, sin más remedio, tienen que suceder. Esta frase puede parecer una perogrullada pero yo estoy convencido de que es una observación inteligente y que no se me ha ocurrido solamente a mí. Dando esto por sentado me puse a considerar si valía la pena o no dedicarle unos minutos de mi tiempo al desarrollo escrito de esta idea trascendental y he aquí el resultado:

Cuando algo sucede, es decir, cuando notamos que ha pasado algo, lo primero que hacemos es intentar averiguar el motivo que ha desencadenado ese suceso y no paramos hasta que le encontramos una explicación que nos resulte más o menos convincente para así poder quedarnos tranquilos y satisfechos de haber dado con el quid de la cuestión.

Lo malo es cuando no encontramos al padre de la criatura, o mejor dicho, al origen de lo acaecido. En este caso, nos solemos poner nerviosísimos, desconcertados ante tamaña contrariedad y no sabemos como apaciguar nuestro desasosiego y reencontrar el equilibrio que nos permita volver a controlar nuestro intelecto alterado.

         En cualquier caso, al final siempre encontramos a alguien a quien contarle el asunto o con quien comentar el suceso y, más tarde o más temprano, conseguimos serenar nuestro espíritu gracias a la persona con quien hemos compartido el problema por aquello de que “cuatro ojos ven más que dos”.

         Todo esto viene a confirmar de forma inequívoca mi tesis inicial sobre que nada pasa sin un motivo que lo produzca. Como se puede comprender, a estas alturas del análisis, me siento mucho más convencido que antes de que las cosas hay que razonarlas para hacerlas más nuestras, o sea, para integrarlas en nuestro vivir diario sin que puedan suponer en el momento más inoportuno una crisis como esa de la que tanto se habla pero que nadie sabe por qué se ha producido.

         Ha sido un placer compartir estas humildes palabras llenas de contrasentidos y que, por supuesto, no van a servir a nadie, ni siquiera al Gobierno, ni mucho menos a la Oposición, para aclarar el origen de la crisis.

martes, 19 de julio de 2011

Austeridad (con mayúscula)

        De la palabra austeridad, dice el diccionario: “Severidad y rigidez en la forma de obrar o vivir”. “Sobriedad, ausencia de adornos”.

¿Queda claro?

¿No?, pues pasemos a ver los sinónimos de la palabra austeridad:

economía, dureza, rigurosidad, aspereza, prudencia, severidad, seriedad, rigor, rigidez, ascetismo, mesura, mortificación, temperancia, gravedad, templanza, ahorro, sobriedad, abstinencia, continencia, penitencia, frugalidad, parquedad, misticismo y moderación.

        Me he permitido resaltar aquellos sinónimos que creo se ajustan con más fidelidad al propósito que me ha llevado a consultar el diccionario y que no es otro que el tratar de entender la noticia que a continuación extracto:

 “El Partido Popular e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Palma del Río han preferido liberar un Concejal en lugar de un Asesor”.

¡Que me lo expliquen!


Dios o La Providencia guarde a Vds, muchos años.

lunes, 18 de julio de 2011

Verano en Palma

Sol y sudor,
calles desiertas.
mañanas prematuras,
tardes eternas,
Cuando llega el ocaso,
ventilamos las casas
y regamos la acera
para tomar el fresco
y vivir en la noche
lo que durante el día no fue posible.
Es tiempo de salir a refrescarse
en algún "aguaúcho" del Paseo
a charlar con amigos y vecinos
o, como en otros tiempos,
a montar la tertulia en nuestra puerta
para "cortarle un traje" a Fulanita
y "arreglar el país" en dos minutos.

domingo, 17 de julio de 2011

Mi primer blog

En este primer blog de mi vida pretendo publicar aquellas cosas que sean de mi interés y, si es posible, del interés de una serie de personas que, con el tiempo, espero se conviertan en seguidores de este sitio. Para conseguirlo, la primera entrada pensé que debía ser algo con enjundia, o sea, que tenga un contenido que demuestre lo que yo seré capaz de hacer a lo largo y ancho de esta andadura que he decidido iniciar hoy.

Lo malo es que no se me ocurre ningún tema relevante que pueda cumplir el objetivo propuesto y, sin embargo, necesitaba urgentemente publicar algo para satisfacer las ganas que me impulsaban a tener un blog. Dicho y hecho, me puse a la tarea y pensé que yo no iba a ser más tonto que la mayoría de los políticos que son capaces de hablar durante horas sin decir absolutamente nada y aquí está la muestra, llevo ya unas ciento cincuenta palabras y he conseguido no decir ni una sola idea inteligente.

La gente piensa que esto de escribir es algo que no supone trabajo alguno y así muchos desprecian olímpicamente a quienes viven de la pluma y no son precisamente aves, pero se equivocan de medio a medio, esto de escribir es un arte y lo de escribir sin decir nada debe ser el súmmum del arte de la escribanía.

No quiero extenderme de forma exagerada para que nadie piense que este blog es mejor no mirarlo, por hoy creo que ya basta porque, si no es así, no me van a quedar palabras para otra ocasión.
S.Afmo.S.S.Q.E.S.M.


Jotaefe