domingo, 11 de septiembre de 2011

Torturas de un amor callado

No es mi imaginación, es que ha sonado,
la campana del reloj en el pasillo.
Es la hora de nuestra cita acostumbrada
y me muero de ganas de tenerte.
Abro la puerta lentamente y allí estás
con tu piel fría, rígida, ligera,
con tus labios de color rojo pasión,
con tus ojos color verde esmeralda.
Te abrazo con ternura inusitada
y te llevo en volandas a la cama.
Inmóvil permaneces sobre el lecho,
te beso y no me besas,
te acaricio e impávida te muestras
aunque yo estoy dentro de ti, en tus entrañas
y gimo de placer hasta el orgasmo,
tú no finges porque no sientes nada.
Me fumo un cigarrillo y te contemplo
mas tú no me devuelves la mirada.
Al poco yo te tomo entre mis brazos
y te devuelvo a tu lugar, … al frío armario,
donde encerrada a oscuras bajo llave
descansarás por toda una semana.

2 comentarios:

  1. ten mucho cuidado con el cigarrillo

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  2. Genial el poema, aunque un poco atrevido para tu público.

    Espero que la escena sólo sea "producto de tu imaginación".

    Los versos musicales excelentes. Has escrito en poeta de raza.

    Me Recuerda la película "Tamaño natural"

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