jueves, 16 de febrero de 2012

¿Y ahora qué?


Y ahora voy yo tan tranquilo llegando al puente viejo y me encuentro una sorpresa:

Las líneas blancas se han juntado y ahora hay una línea blanca y gorda de la que emergen las oscuras y amenazadoras siluetas de los malditos bolardos. Pero, ¿a quién se le ha ocurrido pensar que ésta era la solución?, no y mil veces no, lo blanco destaca sobre fondo oscuro pero lo oscuro no destaca sobre un fondo blanco. Es así de sencillo pero parece que no hay manera. Con lo fácil que hubiera sido pintar los bolardos de blanco y, además de que serían más visibles, habría salido mucho más barato.

Lo único que se me ocurre pensar es que hay algún motivo oculto, o que yo no soy capaz de ver, para impedir a toda costa que la superficie de los dichosos “bolardones” sea blanqueada.

La verdad es que no entiendo nada de nada. Esto me parece que es un esfuerzo baldío y que no impedirá que los pinrreles de los y las viandantes sigan siendo agredidos por las protuberancias graníticas de nuestro querido puente semipeatonal.

Ponga un bolardo en su vida y se arrepentirá.

1 comentario:

  1. PERO VAMOS A VER MUCHACHO, ME RECUERDAS A MARTINEZ SORIA EN LA PELICULA DON ERRE QUE ERRE.
    POBRES BOLARDOS, LA MANIA QUE "LACOJIO". ADEMAS, ¿A QUIEN QUIERES ENGAÑAR? SI TU NO PASEAS POR EL DICHOSO PUENTESITO, LO TUYO ES LA BARRA DEL BAR RAFAEL.( no sabía como terminar el comentario y he dicho por lo menos le hago publicidad a Mari Pili).

    A sus ordenes.

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