miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Y ahora qué?



Quería llegar al centenar de entradas este año y, con ésta, ya lo he conseguido, ¿y ahora qué?, la pregunta puede tener muchas respuestas posibles pero supongo que habrá que elegir una que sea coherente y no sea demasiado presuntuosa para lo cual no hay mejor medicina que la meditación… pero tampoco es cosa de tirarse una hora pensando porque la cosa no tiene demasiada importancia, al menos para Vds. que estoicamente soportan todo lo que me da por escribir en el blog, así que habrá que ir abreviando que el contenido de la dichosa entrada no es, ni mucho menos, importante, ni siquiera es medianamente consistente porque hasta ahora todo ha sido palabrería barata, o sea, al estilo de muchos políticos y yo de político tengo lo justo, es decir, que yo soy sólo lo suficientemente político como para estar escribiendo palabra tras palabra sin decir absolutamente nada interesante luego lo mejor es dejarlo aquí y que sirva como reseña de que he llegado a la meta propuesta y estoy dispuesto a seguir escribiendo hasta que se me ocurra algo que les pueda interesar a Vds.

Perdón por las molestias, son Vds. tan amables…

domingo, 25 de noviembre de 2012

Sin comentarios



No sabía el porqué de que le llamaran así, de todas formas no había sido consciente de este hecho hasta el día anterior porque nunca antes se había sentido atraído de esa manera por una persona y es que ahora sentía esa atracción como la fuerza de un potente imán que le obligaba a acercarse a ella de forma inexorable y, aunque había intentado rebelarse y no acudir a su lado, sólo había logrado tener un estado de frustración aún mayor cuando veía lo inútil de su intento.
Antes, cuando todo lo veía a través del cristal del escaparate, todo era mucho más tranquilo, más sosegado, pero desde ayer los acontecimientos se habían precipitado a tal velocidad que no era capaz de comprender la nueva situación…
− ¡Ven aquí, Sultán! ¡Ven con mamá! ¡Toma una chuchería!

¡Qué vida tan perra!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Algo no encajaba



No podía determinar qué era lo que le parecía que estaba fuera de lugar pero algo le resultaba chocante cada vez que miraba por la ventana que daba al jardín. A primera vista todo parecía estar en su lugar, incluso el perro que dormía a la sombra de un macizo de flores, pero su instinto le decía que no era normal algo de lo que estaba observando desde hacía un buen rato. Tal vez si tomaba nota de todo lo que observaba y del lugar que ocupaba en el espacio pudiera precisar qué era lo que le tenía preocupado durante buena parte de la tarde.
Dicho y hecho, se aprovisionó de papel y bolígrafo y se dispuso a hacer una revisión exhaustiva de todo lo que se veía a través de la ventana.
Anotó:
La farola: apagada y en su lugar, es decir, en la parte derecha del jardín y junto a la cancela de la entrada.
El banco de madera: junto a la valla y a la sombra del algarrobo.
El velador y las sillas: a la sombra de la sombrilla en medio del jardín.
El perro: durmiendo a la sombra del macizo de crisantemos.
Una vez terminada la relación de elementos y su ubicación la leyó y releyó varias veces sin encontrar nada que le pareciese anormal por lo que decidió salir un rato a pasear.
Cogió el paraguas para protegerse de la lluvia que llevaba cayendo desde la mañana y salió a la calle para despejarse.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Tres puede ser un trío



Escuchó un ruido de chapoteo procedente del exterior. Una sombra pasó furtivamente recortándose en la lona de la tienda de campaña cuando el relámpago iluminó la escena como si de un gigantesco flash se tratase, el horrísono trueno que siguió casi a continuación les hizo comprender que la tormenta estaba completamente encima. La sombra se hizo persona cuando la muchacha entró en la tienda empapada hasta los huesos y cayó al suelo como si fuese un saco de patatas. Los dos se levantaron al unísono impulsados por un invisible resorte y se acercaron a la chica que, exánime, permanecía en el suelo.
─ ¿La conoces? ─ Preguntó Gloria a bocajarro.
─ ¿Y por qué habría de conocerla? ─ Se defendió Javier ─ No la he visto en mi vida.
─ Pues me pareció que quería decirte algo antes de desmayarse ─ apuntó la mujer.
─ ¿Es que piensas que todas las mujeres que me miran se han acostado conmigo? ─  comentó él irónicamente.
─ No seas fanfarrón, querido, ni eres tan guapo ni yo soy tan celosa. Ayúdame para ponerla encima de alguna de las colchonetas.
─ Con lo mojada que está va a coger una pulmonía, habrá que cambiarle la ropa y calentarla.
─ Pues manos a la obra y… cuidadito donde pones las manos, ¿eh? ─ advirtió ella medio en serio medio en broma.
─ Si quieres me pongo guantes.
─ No hace falta y déjate de tonterías que esta chica está tiritando.
En unos minutos le habían cambiado la ropa a la desconocida y, una vez metida dentro de un saco de dormir, se acurrucaron uno a cada lado de ella para darle calor.
El cansancio de la caminata del día anterior les rindió y no tardaron en quedarse completamente dormidos. Al despertar se quedaron sorprendidos porque su visitante nocturna había desaparecido al igual que la tormenta. La mañana lucía radiante con un sol que calentaba avisando que la lluvia sólo había sido una visitante esporádica en medio del tórrido verano.
─ ¡Vaya! Se ha largado la muy… desagradecida ─ exclamó ella.
─ Lástima ─ dijo Javier en voz muy baja y esbozó una mueca que quería ser una sonrisa triste.
Javier y Gloria no comentaron más el incidente de la noche anterior pero cada cual escondió en su interior la fantasía de haber podido tener su primer trío.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Soñar



Ayer volví a ver el Arco Iris. Hacía años que no lo veía y es que, tal vez, según nos pasa el tiempo por encima se nos va doblando la espalda y sólo miramos el suelo, quizás para no tropezar o, simplemente, por costumbre, una costumbre que nos va haciendo cada día más terrenales y menos románticos, más materialistas y menos espirituales, en definitiva, más insensibles pero más débiles aunque no lo creamos así y es que nos vamos perdiendo lo que la vida tiene de sorprendente y la ilusión por descubrir nuevos horizontes o lo que es lo mismo: nos vamos haciendo viejos en el sentido más peyorativo de la palabra.
Quien no sueña es como quien no ve, ¿o no?

viernes, 9 de noviembre de 2012

También hay alegrías



Hoy he sabido que dos poemas que envié al concurso que, bajo el lema “Versos en el aire” convocó la Asociación Diversidad Literaria, han sido seleccionados para ser publicados en la antología que se editará con motivo de este certamen. Son dos pequeños poemas que ya he publicado en el blog con anterioridad y que llevan como títulos: “La Ducha” y “Despedida” y que transcribo a continuación.
La ducha
Lluvia, agua cayendo sobre ti.
Silenciosa te moja y ardiente te susurra.
Vaho espeso, cristales empañados,
humedad, calidez, cuerpos desnudos.
Manos, jabón, esponja, espuma,
resbala por tu piel, la sientes deslizar.
Pompas, burbujas,...

Despedida
Sin tiempo me quedé,
también sin habla.
Todo fluía con tanta ligereza
que no me dio lugar para decirte nada,
ni siquiera un adiós apresurado,
ni un fugaz beso,
ni rozar tu mano,
ni tampoco un saludo,...
ya no estabas.



domingo, 4 de noviembre de 2012

Vivir



Cuando empezamos a relacionarnos en sociedad los eventos que compartimos con los demás son las bodas de nuestros amigos y amigas y luego los bautizos de nuestros hijos e hijas. Unos años después vamos compartiendo las comuniones y, al cabo de cierto tiempo las bodas de nuestra  prole y los bautizos de sus vástagos, pero hay un momento en que comenzamos a compartir también la muerte de nuestros seres queridos y eso ya no es tan agradable como lo anterior. Vamos perdiendo familia y nos quedamos como el último bastión de nuestro apellido oteando el horizonte de nuestro destino que no queremos que sea visible para así no sentirlo demasiado próximo aunque sabemos que, en algún momento, será inevitable pero no terrible porque atrás quedarán todos esos años que habremos vivido y disfrutado con los demás.
No sé si me estoy poniendo demasiado trascendente pero es que el jueves pasado se me fue mi madre y todavía no entiendo cómo ha sido.