martes, 24 de enero de 2012

Secretarios de la luna

     Llevamos ya dos sesiones poéticas gracias al buen hacer de la Asociación Círculo Cronopio que, aunque joven en su andadura, se está mostrando como una entidad que puede dar mucho juego a la actividad cultural de nuestra ciudad ampliando horizontes que completen a las ya asentadas actividades en torno al teatro.
     En diciembre pasado se estrenaron de forma “lujosa” pues es todo un lujo el haber podido compartir espacio y tiempo con uno de los mayores exponentes de la poesía actual en lengua castellana, Luis García Montero que nos deleitó con sus poemas y mantuvo un animado coloquio con los asistentes que, dicho sea de paso, fueron muchos.
     En enero hemos tenido la oportunidad de conocer a una de las figuras más prometedoras del panorama poético, Abraham Gragera que incluso leyó un poema que se incluirá en su próximo libro.
     Aún quedan por pasar tres poetas más para completar esta actividad y en este foro daremos cumplida cuenta de lo que acontezca.
     Lo dicho, una calurosa bienvenida a Círculo Cronopio y a todas las actividades que redunden en beneficio de la Cultura.

Lo bueno es bueno sea largo o sea breve.

domingo, 22 de enero de 2012

Mis musas

El blanco del papel me aterroriza
cuando mis musas han huído de los sátiros
y se pierden en los profundos pliegues
del Parnaso de mi melancolía.
Recogeré lo que quedó de los poetas
que pisaron ha tiempo estos senderos
y dejaron colgados del silencio
los poemas que no se llevó el viento.
Jugaré con sus palabras y sus rimas
como los niños juegan con el agua,
llenándome de versos toda el alma
hasta empaparme ya de tal manera
que no sabré decir si son suyos o míos
los pensamientos que escribo con palabras.

domingo, 15 de enero de 2012

Año nuevo, tropezones viejos

     Dice el refrán que Año Nuevo es vida nueva pero aquí, en ciertos casos, no hay manera de que se cumpla. Me explico:
   El otro día iba haciendo mi recorrido habitual anticolesterol cuando al llegar al puente de piedra ví como una conciudadana tropezaba con uno de los “bolardos asesinos” qu habitan por allí y se camuflan perfectamente en la semioscuridad. Me quedé observando que ella miraba al adoquín como pidiéndole explicaciones del porqué de su ataque y estuve a punto de seguir su ejemplo aunque lo evité con un traspiés forzado para no dejarme la punta de mi pié en otro bolardo.
     Y digo yo, para mí mismo, ¿no será mejor cambiar mi itinerario y evitar el peligro que acecha cada tarde a mi integridad podológica?, pero eso sería tirar la toalla y a mí me cuesta trabajo tirar las cosas, sobre todo en tiempos de crisis, y he decidido seguir con mi denuncia pública aunque nadie en la Casa Consistorial me preste la más mínima atención.

El que la sigue la consigue… ¿o no?