viernes, 27 de diciembre de 2013

Recuerdos perdidos



Las gotas se estrellaban contra el cristal de mi ventana mientras yo desnudaba mi alma escribiéndote aquella carta de amor que nunca te envié y que he conservado hasta hoy escondida en un cajón de mi armario para que nadie la encontrase y pudiera profanar el sentimiento apasionado que en ella transcribí y que, hasta hoy, no era menos fuerte que cuando en mí nació.
Pero, si mis muebles no tienen carcoma ni nos hace falta espacio en la casa, ¿se puede saber por qué has tenido que llevar el armario al punto limpio? Y, además, has arañado la pintura del techo del coche porque la baca era pequeña.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Desierto



Durante las horas en que el sol abrasaba, descansaba a la sombra del precario vivac que construía diariamente con un trozo de lona que fue blanca (ahora mostraba un color indefinido) y el bastón con el que se ayudaba para caminar cuando reinaba la noche.
Su provisión de agua y alimentos hacía ya varias jornadas que se acabó y sus labios estaban resecos y cuarteados a causa de la sed. También había perdido ya la cuenta del tiempo que llevaba caminando aunque su última referencia consciente era de cuarenta días: ¡Cuarenta días y cuarenta noches! ¿Qué le recordaba esa frase? La verdad es que sus neuronas no estaban ya para muchos trotes pero el pensar le hacía olvidarse de la comida y de la bebida y por esa razón dedicaba la mayor parte de su tiempo a estrujarse la mente para pensar y pensar sin descanso.
De pronto se paró en seco. Aquello que vislumbraba en el horizonte parecían luces. Espoleado por la ansiedad aceleró el paso para llegar cuanto antes sacando fuerzas de donde ya no tenía pero la ilusión de reencontrarse con la civilización le daba alas en los pies…
¡¡Corten!! ─ Gritó una voz en medio del silencio ─ ¡¡Media hora para beber!!

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Feliz Navidad (Si ello es posible)



Como ya saben Vds. la Navidad se acerca, y lo saben desde hace un mes porque los supermercados se han encargado de decírselo llenando de turrones y mantecados los lugares estratégicos por donde se supone que van a pasar la mayoría de los clientes. Bien, dicho esto, sólo queda añadir que sus carteras se van a adelgazar aún más (si ello es posible) y sus cuerpos van a engordar casi con toda seguridad porque se aproximan días de comilonas y excesos en la bebida que nos harán olvidar (si ello es posible) las penurias en las que nos tiene sumidos la crisis. Para hacer frente a los gastos nos entramparemos más (si ello es posible) aunque luego no sepamos de donde sacar para pagar y es que la Navidad hay que celebrarla caiga quien caiga.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Esto se llama anticipación



         Parece increíble pero es verdad: La Asociación de Empresarios de Palma (EMPA) ha colocado en la esquina entre la Avenida de la Paz y las de Santa Ana y Andalucía un “Nazareno Gigante” de la Cofradía de Nª Sª de la Concepción (Capirote Azul y túnica amarilla) seguramente para anunciar la Semana Santa con suficiente tiempo para que nuestros conciudadanos se preparen adecuadamente para el evento que llegará en esta próxima primavera.
         La idea ha debido asumirla nuestro Ilustre Ayuntamiento puesto que nadie ha quitado de enmedio el gigantesco anuncio. Avisamos a los padres con niños pequeños que no deben acercarse mucho por si los nenes se asustan.

jueves, 5 de diciembre de 2013

No me lo quise creer… pero al final fue verdad



         Como ya me lo temía, los rumores de que iban a poner una carpa para proteger a los chicos y chicas, que hacen botellona, de las inclemencias del tiempo al final se ha hecho realidad y ya está lista para estrenarla durante este puente de la Constitución.
         De esta manera tendremos futuros alcohólicos que no se mojarán si llueve y no se resfriarán pero tendrán destrozado el hígado y, ojalá que no, su vida.
         ¿A nadie se le remueven las entrañas viendo cómo con seis euros se beben una botella enterita de ron o de whisky con una coca cola entre tres personas?
         ¡Claro, con la crisis no van a ir las criaturas a tomarse un cubata por tres euros y medio a cualquier bar! Y aún menos si son menores de edad porque no les venderían la bebida.
         ¡¡Qué raro está el mundo!!
        

domingo, 17 de noviembre de 2013

Estaba claro



Algunas veces se sorprendía de su rapidez de reflejos mentales pero en otras situaciones, que ya iban siendo mayoría a medida que pasaban los años, su lucidez dejaba bastante que desear aunque, si dedicaba un tiempo suficiente a reflexionar, solía dar con la solución del problema.
Debía de haberlo imaginado. ¡Pero si estaba clarísimo! ¡Cómo no se había dado cuenta antes! De haber caído en la cuenta, se hubiera ahorrado más de una noche sin dormir. Llevaba ya una semana acechando y ahora lo acababa de comprender: La madriguera tenía otra salida.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Los búhos del jardín



        El otro día colocamos en lo alto de una pared de piedra que hay en nuestro jardín tres figuras de búho que me regalaron hace unos años.
          Al mismo tiempo han desaparecido una pareja de tórtolas turcas y otra de mirlos que solían dormir en uno de los árboles del jardín y, aunque las he visto en los alrededores, se guardan mucho de acercarse al lugar donde están los búhos.


         Es curioso porque las figuras no tienen más parecido con los búhos que los ojos y las “orejillas” pero eso ha sido suficiente para que los pájaros hayan cambiado de aires.
         ¿Qué tendríamos que poner para que otros "pajaritos" también se fueran volando de nuestras vidas?


martes, 12 de noviembre de 2013

La cita



Era verano y el sol jugueteaba tras el horizonte antes de asomarse definitivamente abrasador. Con los ojos hinchados por el sueño y el cuerpo bañado en sudor debido a la calurosa noche que estaba a punto de acabar, Moisés se miró en el espejo del cuarto de baño y se lavó la cara para terminar de despabilarse. La verdad es que con el calor no había podido dormir mucho y le esperaba una larga caminata para llegar al lugar donde se había citado con aquél ermitaño al que conoció la tarde anterior.
Mientras se iba vistiendo observó cómo el sol iba inundando de luz el entresijo de tejados que veía por la ventana de su habitación.
Si no me doy prisa me voy a asfixiar de calor pensó ¿Quién me manda a mí citarme con un ermitaño en lo alto de un monte en pleno mes de Agosto?
Salió de su casa y enfiló la segunda calle a mano izquierda que le llevó a la salida del pueblo. Después de seguir la carretera durante unos tres kilómetros, tomó un estrecho camino que salía a su derecha y comenzó a ascender por la ladera de un monte.
Al principio la pendiente no era demasiado pronunciada y caminó a buen paso pero poco a poco la senda se fue estrechando hasta convertirse en una angosta vereda y el terreno se empinaba más y más hasta que tuvo que pararse a descansar porque le faltaba la respiración (problemas del individuo típicamente urbano y del tabaco que no conseguía abandonar, se dijo). Precisamente su conversación con el viejo eremita giró en torno a su imposibilidad de abandonar la costumbre de fumar y el anciano le sugirió que le visitase para mostrarle un remedio totalmente eficaz.
El ermitaño le dijo dónde vivía y, aunque era un lugar bastante alejado e inhóspito, la curiosidad fue más fuerte que la lógica y por eso se había citado para la mañana siguiente y se encontraba a medio camino ya del lugar de la cita.
Una vez recuperadas las fuerzas prosiguió su ascensión e incluso tuvo que ir a cuatro manos en más de un tramo del camino hasta que al fin coronó el monte e inspeccionó el lugar tratando de ubicar la morada del ermitaño. Por más que miró y remiró, allí no había nada que pudiese ser la vivienda del anciano y, después de permanecer un buen rato esperando acontecimientos decidió volver sobre sus pasos pensando que tal vez había equivocado el camino.
Cuando llegó a su casa, completamente extenuado y al borde de la deshidratación, vio un sobre que estaba pillado por la aldaba de la puerta. Penetró en el relativo frescor de la vivienda y observó que su contenido era una cuartilla doblada por la mitad en la que pudo leer: “Perdóneme que le haya hecho sudar de lo lindo para no encontrarse con nadie. Eso es lo que debe hacer cada vez que le apetezca fumarse un cigarrillo”.

viernes, 8 de noviembre de 2013

No me lo puedo creer



Cada vez que escucho los rumores que corren por Palma mi comentario es el mismo: “No me lo puedo creer”.
         Parece ser que una empresa que acaba de montar un parque infantil en una popular barriada de nuestra ciudad ahora va a instalar unas carpas en el jardín Reina Victoria para que los asistentes a “la Botellona” estén protegidos de las inclemencias del tiempo cuando se dedican a beber sin control acompañados de todos los y las menores que quieren puesto que nadie vigila para que los menores no consuman alcohol (y los padres y madres tan tranquilos en sus casas).
¿Qué puede pasar si las ambulancias en una de sus cada vez más frecuentes intervenciones en la zona se encuentran que tienen que trasladar a un menor con un coma etílico? ¿Quién o quiénes serán los responsables de tamaña barbaridad? ¿Los padres que están tranquilos en sus casas? ¿Se comerá el marrón la Guardia Municipal? ¿Será culpa de los bares que cobran muy caros los cubatas? ¿Serán acaso nuestros Rectores Municipales los responsables subsidiarios?
Elijan Vds. la respuesta que el asunto tiene más miga que un pan de boba.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Nada



Mientras su padre cerraba la tapa del contenedor, sin hacer el menor ruido, la mirada de Miguelito se iba volviendo cada vez más triste y su cuerpo pareció empequeñecerse. Sus azules ojos se encontraron con los de su progenitor interrogándole sin mediar palabra y éste asintió con un movimiento de cabeza y con la misma mudez de su hijo. Cabizbajos y cogidos de la mano emprendieron el regreso a casa. Llevaban ya cerca de dos horas y habían mirado en todos los contenedores del barrio con el mismo resultado: Nada, se pasarían otra noche sin cenar.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Noche de Difuntos



Parecía imposible pero le había sucedido a él que tanto dudaba de algunas situaciones descritas por sus amigos y amigas tildándoles de exagerados o de poseer una imaginación calenturienta.
Se había quedado dormido detrás del último conjunto de nichos del cementerio y habían cerrado las puertas cuando se  acabó el horario de visitas.
Al despertar comprendió que todo era una broma pesada de su pandilla de amigos con los que había ido al camposanto para colocar una grabadora junto a los últimos enterramientos para tratar de captar psicofonías que luego pensaban colgar en Internet.
Se acercó a la reja de la puerta principal y comprobó que era imposible saltarla puesto que la cancela cubría totalmente el arco de entrada. Fue inspeccionando una a una las puertas laterales pero todas eran metálicas y estaban perfectamente cerradas con llave. Desde luego es imposible escapar de aquí, pensó, pero ¿quién se va a escapar de un cementerio si todos los inquilinos están muertos?
Volvió a la entrada principal y pensó en gritar para pedir ayuda pero las últimas casas del pueblo estaban demasiado lejos para que nadie pudiera escuchar sus gritos. Su preocupación iba en aumento a medida que pasaba el tiempo. Zamarreó la cancela para ver si cedía e intentar abrir una rendija suficiente para escurrirse por ella, al fin y al cabo estaba bastante delgado, pero la cadena que rodeaba los marcos de la reja estaba colocada de tal manera que no era posible abrirse paso.
Escuchó un siseo a su espalda que le heló la sangre en las venas y le dejó como petrificado sin poderse dar la vuelta y un grito terrorífico se escapó de su garganta cuando sintió que le tocaban en el hombro.
Tranquilo, muchacho, que soy el guarda, déjame que te abra la puerta… Siempre hay algún idiota que se queda encerrado en el cementerio la víspera de los Difuntos.

jueves, 31 de octubre de 2013

La mujer pantera



         Todavía me siento ciertamente preocupado por un hecho que me sucedió no ha mucho y que me tuvo intrigado durante un tiempo.
         Caminaba yo sin rumbo fijo por una ciudad de Andalucía cuando, al pasar por delante de una ventana enrejada, escuché un rugido sordo pero claramente audible que me hizo detener la marcha y atisbar el interior aunque no pude ver nada pues la ventana tenía también una celosía de esas que no permiten ver a quien tras ella se esconde.
         Por ver si salía alguien de la casa y, supuesto que yo no tenía prisa alguna, me aposté en la acera opuesta unas casas más abajo pero la espera fue inútil por lo que volví a mi hotel pensando continuar con mi vigilancia en cualquier otro momento.
         El asunto comenzó a obsesionarme de tal manera que a las tres de la madrugada, y visto que no me lo podía quitar de la cabeza, me vestí y salí a la calle en dirección a la ventana del rugido como la llamaba ya en mi fuero interno. Volví a pasar junto a la reja y el rugido se escuchó de forma más queda que en la mañana anterior pero, aunque volví a pasar, ya no se volvió a escuchar nada. Estuve vigilando la casa hasta las claras del día en que me fui a buscar un bar que estuviese abierto para desayunar y volver a continuación a mi observatorio.
          Durante los cuatro días siguientes apenas dormí un par de horas por noche y dediqué el resto del tiempo a vigilar mi ventana repitiéndose cada vez que pasaba junto a ella el peculiar rugido.
         El día que hacía cinco, mientras estaba comiendo un bocadillo sentado en el umbral de una de las casas de la calle en cuestión, se abrió la puerta que había junto a la reja de mis desvelos y salió un señor de unos ochenta años vestido de negro riguroso. Le seguí durante un rato hasta que de pronto se volvió y me dijo sonriendo:
Oiga, joven, ¿se puede saber por qué me viene siguiendo?
Yo que no me esperaba el giro que había tomado la cosa le conté de punta a rabo todo lo que había estado haciendo desde que escuché el primer rugido.
Él me miró con gesto grave y me dijo:
─ Mire Vd., le voy a contar un secreto pero debe prometerme que no se lo referirá a nadie.
Asentí invitándole a que continuara con su historia.
Los rugidos que cree haber escuchado al pasar junto a la ventana no son sino los ronquidos de mi mujer que duerme en esa habitación.
¿Y eso es todo? Pregunté escéptico ¿Y para eso tanta promesa de no contárselo a nadie?
El anciano se encogió de hombros por toda respuesta y se dio media vuelta para continuar su camino. Yo por mi parte volví sobre mis pasos y, cuando estaba a unos cincuenta metros de la puerta de la casa, ésta se abrió dando paso a una bella y escultural mujer vestida de negro que, con paso felino vino hacia mí mirándome fijamente con sus preciosos ojos verdes y una enigmática sonrisa adornando su boca perfecta. Se cruzó conmigo y justo al rebasarme volví a escuchar el quedo rugido. Me volví sobresaltado pero a mi espalda no había absolutamente nadie.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Final



La tarde lluviosa era la consecuencia natural de una mañana plomiza durante la que pasaron de largo negros nubarrones. Al fin, a eso del mediodía, comenzó a llover, al principio tímidamente, pero, a medida que avanzaban las horas, la cadencia de la lluvia fue aumentando hasta convertirse en un repiqueteo que tamborileaba en los cristales de la ventana con sonido monocorde y ritmo acompasado.
Percibió un olor que al pronto no supo identificar. Estaba seguro de que lo había olido antes, tal vez hacía algún tiempo, pero no dejaba por ello de serle conocido. Notó como los recuerdos pugnaban por aflorar en su memoria pero todo fue inútil: seguía padeciendo aquella maldita amnesia que le había provocado el accidente sufrido la semana anterior y que le dejó sin conocimiento durante bastante tiempo.
Las campanadas de un reloj comenzaron a oírse en la habitación contigua. Las fue contando mentalmente: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete…, ahí se detuvo la cuenta, siete era un número que también le parecía que debía significar algo en su existencia pero tampoco lograba recordar el qué…
Ha sido hace poco, ¿verdad?
Sí, justamente cuando el reloj marcaba las siete.
Pobre, no pudo reponerse del tremendo golpe que sufrió en la cabeza y no salió del coma.
Habrá que ventilar la habitación, el olor de la cera y de las flores han hecho que el ambiente esté muy cargado.

lunes, 21 de octubre de 2013

Invita la casa



Era verano y a las cuatro y cuarto de la tarde el vuelo de la línea aérea “low cost” hacía ya más de media hora que había despegado. La tripulación había aceptado a regañadientes el último acuerdo laboral que dejaba reducida la dotación a tres personas por viaje: piloto, copiloto y una azafata.
 Lucrecia terminó de colocar el resto de las botellas de agua en el carrito de las bebidas, se miró en el espejo y se colocó bien el pequeño gorrito que la compañía le obligaba a llevar. Echó una ojeada al termómetro que indicaba la temperatura del interior del aparato: 30 grados.
Fue repartiendo botellas a todos los pasajeros pidiendo disculpas por el fallo del aire acondicionado y regresó de nuevo a su cabina. Tiró el pequeño frasco y la jeringuilla al evacuador de residuos y se asomó a la zona del pasaje: Sí, el efecto del veneno había sido fulminante.

lunes, 7 de octubre de 2013

Aumentamos la “familia”



         En la madrugada del día dos de este mes de Octubre nuestra familia perruna se amplió. Fueron siete los cachorros que alumbró nuestra perra bodeguera y a todos les está dando de mamar desde entonces. Añado un par de fotos para que conozcais a los nuevos inquilinos de nuestra casa:
 

          




         Aún tenemos varios que no tienen dueño y queremos regalarlos.
 

martes, 1 de octubre de 2013

Año Agrícola



         Al mes justo de la tremenda tormenta que nos azotó a finales de Agosto, la lluvia ha vuelto a visitarnos si bien esta vez nos ha tratado, por así decirlo, con más “cariño”. Desde el viernes hasta hoy han sido 24 litros de agua por metro cuadrado que, seguramente, darán vida a la aceituna y a nuestra naranja.
Esperemos que estas primeras aguas del año agrícola sean el preámbulo de una buena cosecha y mejor recolección para que muchas familias palmeñas puedan levantar cabeza y mejorar sus economías.
Que nos libre Dios o la Providencia de los desalmados que abusan de los trabajadores ya que el Gobierno tiene tantas barbaridades que hacer que no puede ocuparse de protegerles.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Quietud



Ensimismado como estaba desde hacía ya más de media hora, cualquiera podría imaginar que sus músculos se habían paralizado pues nada en él hacía pensar en que fuera a moverse al menos de momento. Tenía la mirada perdida en la distancia y la boca entreabierta le daba un aspecto bobalicón que se acrecentó aún más cuando un hilillo de baba comenzó a caer desde la comisura de su boca para ir formando poco a poco un charquito a sus pies. Era la viva estampa de una estatua en la que solo el leve acompasamiento de la respiración delataba que no era un ser inerte.
Sonó un silbido en la distancia y el perro recobró de golpe el movimiento lanzándose en una carrera desenfrenada al encuentro de su amo.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Como Caperucita



La oscuridad era absoluta. Por más esfuerzos que hizo no consiguió ver ni siquiera su propio cuerpo. Aquello ya era demasiado raro, como para pensar que se encontraba inmerso en un mal sueño, pero sabía que estaba despierto, totalmente despierto pues no hacía ni cinco minutos que había tomado café en aquél tugurio de mala muerte y allí preguntó al camarero, de cara apergaminada, por la dirección que buscaba… ¡Ah, ya! ¡Cómo no se había dado cuenta antes si estaba clarísimo!... Se había equivocado de camino y había ido a meterse directamente en la “boca del lobo”.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Rutinas



Siempre que volvía tarde a casa el cuadro que contemplaba era el mismo: una bandeja encima de la mesa de la cocina con un cubierto y un plato tapado con otro boca abajo para tratar de evitar (sin conseguirlo) que se enfriase el contenido.
Mi madre se rebullía en la cama procurando que el somier chirriase un poco como avisándome de que había estado despierta para esperarme. Los ronquidos de mi padre llenaban el ambiente dando cumplida información de su estado de tranquilidad acerca de mi tardanza. Mis hermanos en su litera dormían plácidamente.
Casi de puntillas y sin hacer ruido arrimaba la silla a la mesa de la cocina después de cerrar la puerta y destapaba la cena sabiendo que no habría sorpresa, tenía huevos… con patatas fritas.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Un cuento chino



Entró en el bazar decidido a comprar algo, no importaba el qué, sino únicamente por el hecho de comprar, de gastarse el dinero que le habían regalado por su cumpleaños antes de que su madre, con buen criterio, se lo arrebatase para meterlo en la cartilla de ahorros que, aunque todos decían que era suya, no había manera de sacar dinero de ella. Era como si se lo tragase la tierra y nunca más se supo, por eso aquella tarde, al salir de casa de la abuela con el billete de diez euros estrujado en la mano, se dirigió al paraíso de sus deseos.
         La china de la caja le miró con desconfianza cuando le vio penetrar en el local y perderse en el dédalo de pasillos con estanterías hasta el techo y le hizo un gesto al chinito que tenía al lado. Éste salió como un sabueso en su persecución para vigilarle disimuladamente, pero él no notó nada, tan absorto estaba contemplando todo aquello que se ofrecía a su vista y que tanto había deseado. Iba sumando mentalmente los precios de los artículos que pensaba comprar, (y eso que el maestro decía que tenía mala cabeza para los números), pero antes de que estuviera contento con su elección la cantidad se la pasaba del presupuesto.
         Dio vueltas y más vueltas con el chinito pegado a sus talones como si fuera su sombra pero no consiguió una combinación de juguetes adaptable a sus diez euros y, al cabo de unas dos horas y el chinito a punto de caerse de cansancio, decidió llevarle el dinero a su madre y esperar a tener edad suficiente para gastarse el fruto de sus ahorros.

jueves, 29 de agosto de 2013

Volvieron las lluvias



Esta madrugada la bóveda celeste se abrió y dejó escapar toda el agua de los pantanos celestiales con un enorme estrépito de rayos, truenos y relámpagos que yo afortunadamente no oí porque tengo taponado un oído y estaba durmiendo de lado y menos mal porque le tengo algo más que respeto a las tormentas.
Cuando nos hemos levantado, la inundación en el salón de la casa era evidente pues se quedaron abiertas las ventanas y no nos dimos cuenta así que llevamos todo el día secando cojines. La piscina a punto de rebosar y es que nos cayeron encima nada menos que 80 litros por metro cuadrado entre las seis y las once que es cuando salió el sol y que al jardín le han venido de perillas.
Esperemos que esta noche no se repita el fenómeno y, por si acaso, dejaremos las ventanas bien cerradas.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Adiós, Geibal, hasta el verano que viene



         A los dos meses justos, es decir, ayer a las seis de la tarde nos reunimos todas las familias que acogemos niños y niñas saharauis en la provincia de Córdoba. Aunque este año han sido algunos menos, los acogidos han sido más del centenar. Y, por más que todos sabemos que se tienen que ir con sus familias, no cabe duda que el nudo en la garganta era inevitable: las últimas fotos, los últimos besos y abrazos,… Los que peor lo pasaron son los que saben que ya no volverán el próximo año porque han cumplido la edad máxima para participar en la actividad. (¡Ánimo, Ana, ya mismo podrás volver al Sahara para pasar unos días con la familia de Salaqu y Salka!).
         Geibal volverá el próximo verano y acompañada de Fatima Gaia (la hermana de nuestro Brahím) con lo que la alegría será doble.

martes, 20 de agosto de 2013

El “Agua de Litines”



         ¿Quién se acuerda ya de las sodas y gaseosas caseras? Hoy día es casi impensable el fabricarse uno mismo la gaseosa pero no hace demasiado tiempo que, sobre todo en el norte de la provincia de Córdoba, la gaseosa se fabricaba en casa y otro tanto pasaba con la soda donde no había fábricas de “Sifón” (otro elemento habitual en las casas y hoy prácticamente desaparecido).
         Recuerdo que mi madre utilizaba los “Papelillos de gaseosa” para que las magdalenas pujasen más. Utilizaba los de la marca “El Tigre” y, cuando estábamos en el campo esa era la gaseosa que consumíamos porque el pueblo más cercano estaba a más de ocho kilómetros y no había coche como ahora.
         En casa de mis suegros en Villanueva de Córdoba se hacía “Agua de litines” (soda para entendernos) todos los días y, a veces en dos ocasiones en el mismo día. Ése era el refresco usual de la casa hasta no hace mucho.

lunes, 19 de agosto de 2013

Champán Cordobés



         Otra bebida refrescante y muy conocida en la Córdoba de los cincuenta era la combinación de vino blanco fino con gaseosa de limón y que dieron en llamar “Champán Cordobés” y que podría considerarse el ancestro del hoy muy extendido “Rebujito” que se bebe a raudales en las ferias de nuestra Andalucía. Los puristas decían que era un sacrilegio echarle al vino fino de Montilla o Moriles una parte de gaseosa y otros más en plan de pitorreo decían que era estropear la gaseosa.

viernes, 16 de agosto de 2013

Aniversario



Ayer a las doce de la mañana aproximadamente se cumplieron treinta y ocho años del día que Martina y yo nos casamos. Fue un día de calor de esos que se recuerdan durante mucho tiempo y nos pasamos la “noche de bodas” cada uno en una de las terrazas que tenía el piso que alquilamos en Córdoba para vivir.
Lo más sorprendente del caso es que Martina siga soportando los múltiples defectos que me adornan y, sobre todo, mi falta de afición por la cocina. Yo trato de compensarla en lo posible con mis “habilidades” en el campo de la jardinería y produciendo productos  hortícolas pero sé que esto no es comparable al intenso trabajo de llevar una casa que durante bastantes años compatibilizó con su trabajo en la escuela.
Espero que no se canse y dentro de doce años celebremos las “Bodas de Oro”.

jueves, 15 de agosto de 2013

La “Zarzaparrilla”



         Como ya dije en otro momento, yo pertenezco a una generación anterior a la Coca-cola y cuando era pequeño bebía refrescos de naranja o de limón de “Pijuán”, de “La Constancia” o de “El Marrubial” y una cosa muy parecida a la bebida americana que se llamaba “Zarzaparrilla” y que estaba hecha a base del jugo de la raíz de una planta que se cría en estado silvestre en los arroyos enredada con las zarzas. La verdad es que cuando probé la dichosa Coca-cola no me gustó pero como la última marca que fabricaba la Zarzaparrilla había desaparecido del mapa pues tuve que acostumbrarme al nuevo sabor. Y pienso yo que tal vez la compañía americana tendría algo que ver con la desaparición de las otras. (Zarzaparrilla 1001 por ejemplo que era de las más conocidas).

miércoles, 14 de agosto de 2013

La Amapola



Siguiendo con el tema de las bebidas refrescantes y recordando mi época de juventud en el barrio de la Ciudad Jardín de Córdoba, voy a referirme a otra combinación mucho menos conocida pero que en su tiempo se consumió bastante. Me refiero a la “Amapola” que no era otra cosa que un Valgas del tamaño de una copa de vino si bien el vino que dio origen a esta denominación no era el Valdepeñas sino el tinto de Jumilla que daba una diferente coloración a la bebida y que algún parroquiano del Bar Paco (que estaba junto a “Costa sol”) se le ocurrió comparar con un supuesto zumo de amapolas. Su difusión fue mucho más local que la del Valgas pero no he podido resistirme a referirme a ella como elemento que perteneció a una etapa de mi vida en mi ciudad natal.

lunes, 12 de agosto de 2013

El “Valgas”



Es posible que a nadie le interese esta entrada pero es algo que tiene sus orígenes en la época de mi nacimiento y, como tal, es importante para mí como coetáneo mío que lo es.
De todos es bien sabido que el “Cubalibre” es un combinado de Ron y Coca-cola y de la procedencia de la primera de las bebidas y lo que representaba la segunda procede su nombre, (aunque con el tiempo se haya generalizado el nombre a muchas otras combinaciones e incluso se ha bastardeado llamándolo “Cubata”), pues bien, la denominación “Valgas”, (pronunciado “Vargas” en Andaluz), corresponde a una combinación de origen cordobés que procede de las palabras Valdepeñas y Gaseosa que en los años cincuenta (cuando todavía no había Coca-cola en España y, mucho menos “Cubalibres”), era la bebida fundamental del caluroso verano. No obstante, la gaseosa “La Casera” en los años setenta comenzó a popularizar la misma bebida con el nombre mucho menos ingenioso de “Tinto de Verano” pero que ha arraigado más debido a las campañas publicitarias de la marca en cuestión.
De todas formas yo, que soy un poco contracorriente, sigo pidiendo un “Valgas” aunque muchas veces tenga que explicar de qué bebida se trata y aguantar después el consabido: “Ah, ya, un tinto de verano, ¿no?”

domingo, 11 de agosto de 2013

Tan sólo aire y poco más



Sintió cómo sus pensamientos le gritaban por dentro sumiéndola en un mar de confusión que estaba a punto ya de volverla loca de remate, pero no se amilanó y continuó caminando en dirección a lo que podía significar su fin. Jamás había pensado que las cosas tomarían un derrotero que, por inesperado, no era fácil de controlar y menos aún en una situación tan agobiante.
El viento empujaba colaborando a que todo terminase antes y su sufrimiento cesara al fin. Aquella pared se aproximaba a una velocidad cada vez mayor. Todo estaba perdido. Nadie se acordaría al cabo de un rato… Si aquél niño seguía soplando, volvería a nacer otra pompa de jabón.

sábado, 10 de agosto de 2013

Fin de la cita



¡Cómo me hubiera gustado criticar la comparecencia del Presidente Rajoy ante el pleno del Congreso de los Diputados!, pero me fue totalmente imposible porque fue de tal “densidad” el contenido de su parlamento que me sentí impotente (en el mejor sentido de la palabra) para analizar sus palabras cargadas de sinrazón y de lugares comunes con el sonsonete estúpido de “fin de la cita” que seguramente alguno de sus sesudos asesores le hizo para que la usara como remoquete a lo largo de su insustancial e insulsa intervención ( que hay que echarle valor para hablar durante cuarenta minutos y no decir apenas nada como en los mejores tiempos de Felipe González).
En definitiva que no voy a decir nada al respecto y me lo voy a guardar para mí que, cualquiera sabe, a lo mejor me sirve para algo el día de mañana.
Tal vez algún día veamos unos políticos diferentes proponiéndonos soluciones diferentes y sin necesidad de lucrarse a costa de lo que es de todos.
¡Que así sea!

viernes, 2 de agosto de 2013

¿Sirenas?



El ruido de las olas al romper mansamente en la arena de la playa era lo único que se escuchaba en el silencio de la noche. Aquél rumor que otras veces le había servido para dormirse ahora se había vuelto contra él y estaba a punto de sacarle de quicio, tal era su estado de ánimo después de lo ocurrido el día anterior.
Aquél era un verano de los más calurosos que recordaba y la mañana ya advertía con su bochorno de lo que iban a ser las horas centrales del día, cuando hasta las chicharras dejaban de cantar por lo elevado de la temperatura.
Tony cogió su tabla de windsurf y se dirigió resueltamente hacia la orilla. El viento caliente de tierra infló su vela en cuanto se puso de pié sobre la tabla y comenzó a arrastrarle mar adentro como tantas y tantas veces había pasado a lo largo de los años que llevaba practicando su deporte favorito.
Estaba tan ensimismado contemplando la caprichosa gama de azules que presentaba el mar que, cuando quiso darse cuenta, dejó de ver la costa que debía ser su referencia para volver.
En principio no se puso nervioso y cambió la orientación de la vela para marchar a contraviento pero en ese mismo instante el viento dejó de soplar, se instaló una calma chicha y negros nubarrones cubrieron el cielo dando al traste con su posibilidad de orientarse por el sol.
Se sentó en la tabla y dejó caer la vela que quedó flotando en el agua. Poco a poco, y con el suave balanceo, un sueñecillo se fue apoderando de él. No tenía idea de cuanto tiempo habría transcurrido cuando un chapoteo le sacó de su sopor. Miró hacia el lugar de donde procedía el ruido y solo acertó a ver el extremo de un par de colas de pez que se hundían bajo el agua y volvió a sumirse en el sueño quedando exánime tumbado sobre la tabla. Le pareció escuchar entre sueños voces de mujeres pero no consiguió abrir los ojos.
La tarde agonizaba cuando Tony recobró el sentido y se encontró tumbado en la arena de la playa. Su tabla se encontraba a pocos metros de él y fuera del alcance de las olas que le lamían suavemente los pies. Instintivamente dirigió su mirada hacia el mar y creyó vislumbrar un par de cabezas que se hundían en el agua. Esperó para ver si volvían a salir a la superficie pero fue inútil, nadie asomó entre las tranquilas aguas.
¿Quién le había sacado del agua? ¿Tal vez un delfín amigo de los bañistas despistados? ¿O quizás…? No, no podía ser,… las colas que vio cuando estaba en medio del mar tenían escamas,… y los delfines no las tienen y no tienen voces de mujer…

jueves, 1 de agosto de 2013

El adivino



¡Hola! ¿Es el adivino?
No, se ha equivocado de número
¿Está seguro de que no es el adivino?
Le digo que no, que no soy el adivino
Pues estoy llamando al número de teléfono que sale en la tele
Pues le repito que yo no soy el adivino
¿Y no podría hacer un esfuerzo y adivinarme algo?
Que no, que yo no soy adivino ni nada por el estilo
Pero por una vez podría probar…
Le digo que no, que no puede ser, que esto no es serio
Pero si Vd. no pierde nada por probar, ande sea bueno y adivíneme alguna cosa
La verdad es que es Vd. pesada,… pero en fin, probaré. Dígame ¿qué quiere que le adivine?
¿Es una prueba o va de verdad?
Hagamos una prueba…
Bien pues dígame ¿cómo conseguiría yo un trabajo en el que se haga poco y se gane mucho?
Pues sabe lo que le digo…
No si Vd. no me lo dice
Pues que no le voy a contestar a su pregunta.
¿Y por qué?
Porque me la voy a guardar para mí mismo que yo también estoy en el paro.