sábado, 20 de julio de 2013

Maldita luz



Tengo tiempo de sobra, pensó mientras seguía con la mirada fija en el camino por donde ella había desaparecido hacía ya bastantes minutos arropada por la oscuridad de la noche.
Tuvo una premonición pero la ahuyentó de su mente  sin miramientos, como quien arroja algo inservible al cubo de la basura.
En un arranque de insensatez absoluta hizo aquello que podría significar su destrucción irremediable: salió corriendo como una exhalación tras los pasos de ella gritando su nombre hasta desgañitarse, pero ya era mucha la distancia que los separaba y no podía oírle.
Entonces fue cuando comprendió lo estúpido de su proceder, la leve claridad que se vislumbraba hacia Levante era como la espada de Damocles que se dejaría caer sobre su vampírica existencia y le convertiría en un montón de cenizas.

2 comentarios:

  1. ¿Esperanzas desvanecidas?... Como la vida misma. Un besito.

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    1. Eso es lo que le pasa a la gente que lo dá todo. Es una pena.

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