martes, 25 de febrero de 2014

La herencia



         ¿Qué quiere decir con que tengo una herencia? Preguntó Braulio extrañado a su interlocutor telefónico Si yo no tengo parientes.
         La voz al otro lado de la línea le pidió que acudiera al día siguiente a la notaría para aclararle la procedencia del legado.
         Braulio, presa de una gran agitación, recogió las cosas que tenía por medio y cerró su pequeño negocio de chucherías para dirigirse rápidamente a su casa.
         Entró en su pisito de protección oficial (pagado con miles de fatigas) y comenzó a llamar a voces a su mujer que salió de la cocina alarmada:
        ¿Qué te pasa para venir llamándome a voz en grito desde que entraste por el portal?
         ¡Que somos ricos, María, que nos van a dar una herencia!
         La mujer le miró como si fuera un desconocido y le dijo:
         Tú estás como una cabra, Braulio, cómo nos van a dar una herencia si nosotros no tenemos familia.
     Eso mismo pensé yo cuando me llamaron por teléfono desde el despacho del Notario, pero luego, pensando y pensando, he llegado a la conclusión de que debe tratarse de un hermano de mi padre que desapareció después de darle un sablazo de veinte mil duros y de él nunca más se supo.
         Pero si ése no tenía ni donde caerse muerto…
         El matrimonio siguió hablando largo y tendido haciéndose ilusiones con lo que iba a mejorar su vida a partir de entonces y, al día siguiente, vistiendo la ropa de los domingos, se presentaron en la notaría.
         Les pasaron al despacho del Notario y éste les hizo ademán de que tomaran asiento. Braulio, que no podía más con la incertidumbre, preguntó mientras se sentaba:
         Dígame, Sr. Notario, ¿a cuánto asciende la manda de mi tío?
         Sí señor, dijo el notario con mucho aplomo la manda es de su tío de Vd. pero lo que se dice ascender, ascender, no asciende mucho,… más bien desciende.
         Las caras de los esposos eran todo un poema hasta que María logró balbucir:
         Explíquenos, por favor, que nosotros de estas cosas…
         El fedatario puso cara de póker y dijo:
         Lo malo de la herencia es que su tío le ha dejado una deuda de más de cien mil euros.

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