lunes, 5 de mayo de 2014

Libre



Cuando le capturó su enemigo él estaba disfrutando de un paisaje incomparable pleno de belleza y de color. Le transportaron en un cubículo oscuro sólo iluminado a medias por unos agujeros que había en el techo.
Ahora, tras encerrarle entre barrotes, su enemigo se presentaba cada día para llevarle agua y alimentos pero rehusó comer y beber.
El ruiseñor murió de tristeza a los pocos días pero, de alguna manera, volvió a ser “libre”.

2 comentarios:

  1. Bellisima entrada poeta.lleno de emocion
    La libertad añorada
    un abrazo

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  2. Libertad !!!... se tenía que escribir con mayúsculas.
    Los ruiseñores no pueden estar enjaulados, no me extraña que se fuera buscando
    otra libertad.

    Un abrazo

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