sábado, 24 de mayo de 2014

Locuras de juventud



Al parecer sus íntimos amigos sabían que aquello no le gustaba, por eso cuando la cosa tomó un rumbo que terminaría irremediablemente abocándole a tomar una decisión en el sentido de hacer lo que más odiaba en el mundo, le sacaron de allí a la fuerza para evitarle un mal rato que, casi con toda seguridad, no le reportaría ningún beneficio a su más que maltrecha salud mental.
Si no hubiera sido por vosotros, ahora estaría sumido en el arrepentimiento y mi cabeza no me dejaría ni dormir ni descansar, les dijo cuando consiguió recuperar el aliento.
Le habían llevado corriendo un buen trecho y estaba al borde de la extenuación.
La verdad sea dicha, comentó Ramón, que era su mejor amigo, no me explico cómo se te ocurrió meterte a novillero siendo antitaurino de toda la vida.
Pues eso, contestó tan campante, “locuras de juventud”.

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