lunes, 30 de junio de 2014

Tintín



         Ayer no fue un buen día para mi familia, ayer se nos murió Tintín después de estar con nosotros durante quince años. Ya sé que sólo era un perro pero no era el perro del vecino sino que era aquél ser que nos había dado compañía durante mucho tiempo y que, como buen Fox-terrier que era, nos había tratado de defender cada vez que íbamos de paseo y se nos acercaba cualquier otro perro por grande que fuera.
         Un perro no es como las demás mascotas, un perro te mira y parece que te comprende, que siente contigo, que comparte tu alegría y tu tristeza. No sé si el perro será el mejor amigo del hombre pero sí sé que es un buen amigo y, sobre todo, un fiel amigo.
         Lo hemos enterrado en el jardín de nuestra casa que, al fin y al cabo, también era la suya.

domingo, 29 de junio de 2014

Historias familiares



Manolito era primo segundo de mi padre, tenía dos hermanas mayores que él que lo mangoneaban continuamente y un padre que, además de tener un carácter insoportable, era un sinvergüenza de tomo y lomo que metía a su “querida” dentro de casa cada vez que le daba la gana.
         Se pasaba el día paseando el estuche de la jeringa con la que le ponía las inyecciones a su madre enferma y explicando a propios y extraños el proceso que tenía que hacer antes de poner las inyecciones: hervir la jeringa y la aguja para matar los microbios que pudieran tener, romper la ampolla de agua destilada y llenar la jeringa hasta no sé cuantos centímetros cúbicos, pinchar el tapón de goma del frasquito de la penicilina y llenarlo con el agua destilada, agitar con energía, volver a llenar la jeringa con el producto resultante,…
         Era una bellísima persona pero se ponía tan sumamente pesado con su cantinela que acabaron por llamarle “Manolito jeringa”.

sábado, 28 de junio de 2014

Llegaron los niños y las niñas del Sahara



         Esta mañana a eso de las doce menos cuarto hemos recogido en Cerro Muriano a los pequeños saharauis que vienen a pasar con nosotros dos meses de verano
El año pasado tuvimos en casa a Geibal pero este año no ha sido posible (he cumplido 65 años y para la Junta de Andalucía ya no soy persona idónea) y ha tenido que irse con otra familia. No obstante, como mi hija y mi yerno tenían solicitada a la hermana de nuestro Brahím (el chaval que estuvo con nosotros durante tres años) tendremos por tanto una personilla en casa que se llama Fátima Galia y que ha llegado rendida de sueño y de cansancio.
Bienvenidos sean todos y todas a nuestra ciudad.

viernes, 27 de junio de 2014

Fernandito



         Era un niño canijo, dentón y sosito, un verdadero “malaje” pero cuando se hizo mayor consiguió ser, además, feo del todo, de esos feos que no los puedes mirar a la cara porque te da miedo de que al verlos de cerca se te pueda pegar algo y que luego no tenga cura.
         Lo cierto es que Fernandito (como le seguía llamando su mamá) creció como si le hubiesen regado por las noches y consiguió tener un tipo de lo más desgarbado posible.
         Fernandito estudió y se hizo “practicante”, sí, lo que luego se llamó ATS y después enfermero y entró a trabajar en un hospital de poca monta en un pueblecito perdido en el mapa y el caso fue que los enfermos sanaban en un periodo de tiempo sumamente corto y es que no podían resistir su presencia. Pedían el alta a las primeras de cambio y se largaban a sus casas para no ver al “feo” como le llamaban todos en el sanatorio.
         La dirección del hospital estaba encantada con él por lo que se ahorraban en atención a los enfermos y sus compañeras enfermeras le colmaban de atenciones para que estuviese lo más a gusto posible y no pidiese un traslado a otro pueblo o ciudad.
         Tantas eran las zalamerías de que era objeto por parte de sus colegas que empezó a creerse el “rey del mambo” y a soñar con cuál de ellas se casaría supuesto que pensaba que todas estaban enamoradas de él y tenía que elegir bien para no arrepentirse en el futuro.
         Dicho y hecho, Fernandito comenzó a realizar su casting secreto y se decidió por Angelita que no era ni la más guapa ni la más fea, ni la más joven ni la más vieja, ni la más alegre ni la más triste, ni la más simpática ni la más desagradable, y sin pensárselo dos veces se lo soltó en medio del pasillo.
         Pero Fernandito consiguió articular después de reponerse de la primera impresión yo no me puedo casar contigo.
         ¿Y a quién me recomiendas entre las demás? Preguntó en un arranque de estupidez supina.
         Pues a ninguna, no ves que todas somos monjas.

miércoles, 25 de junio de 2014

¡Vaya carambola!



Frasquito Paula fue un niño repipi y malcriado que, bajo las faldas de su madre doña Jeroma, se protegía de todo el mundo hostil que le rodeaba.
Cuando se hizo mayor trató de seguir escondiéndose de la realidad que, según él, le amenazaba y, cuando faltó su progenitora, intentó por todos los medios encontrar una sustituta y la encontró en María del Carmen Pérez de la Mota y Gómez de la Mitra que había sido su vecina durante la mayor parte de su vida. La madre de Mª del Carmen, (viuda de un coronel arruinado por su afición al juego), se había ido encargando de educar a su hija y encauzarla hacia la misión que debería cumplir: aguantar a Frasquito Paula hasta que pasase a mejor vida y así mejorar la propia con la herencia que recibiría del finado.
Aunque vista así la cosa no parecía demasiado complicada (Frasquito era treinta y cinco años mayor que Mª del Carmen) lo cierto fue que pasaron los años y nuestro personaje no la diñaba ni a la de tres y ya andaba por los noventa y tantos años que no es poco.
Mª del Carmen comenzó a impacientarse y se puso en las manos de un sicario que debería acabar con la vida de su esposo a la mayor brevedad posible y por el módico precio de cinco mil euros que ella había ahorrado con miles de fatigas sisándole a su marido en las cuentas del súper a lo largo de su vida en común.
El caso fue que, cuando el sicario iba a disparar sobre Frasquito, que se hallaba desayunando a la sazón, Mª del Carmen, que pasaba en ese momento por allí, se interpuso en el camino de la bala asesina y este asunto baladí tuvo como consecuencia que el sicario no cobrase y que Frasquito heredase de su amada esposa la cantidad de cinco mil euros y la necesidad urgente de buscarle una sustituta para que le cuidase como él había menester.

domingo, 22 de junio de 2014

El final del cuento



… Leoncio se quedó quieto y renunció a arrancarle la cabeza a la señora de un solo bocado. Eso sí, se relamió de gusto pensando en lo que podría haber sido un manjar exquisito, (la señora estaba de muy buen ver), pero después de olisquearla se dio la vuelta y se tumbó al fondo de la jaula.
         Un rumor de decepción se extendió entre los que asistían mudos al acontecimiento: “¡Era imposible, el león no se había comido la cabeza de la dama!”.
         Todos estaban estupefactos pero la señora no podía creer lo que le pasaba: Del susto se le habían pasado las dichosas migrañas y saltaba de alegría por ello y por conservar la cabeza sobre sus hombros.
         A partir de entonces la gente sólo se aproximaba a los barrotes de la jaula de Leoncio y, cuando éste saltaba amenazador, el susto hacía el milagro de curar al enfermo.
         Y colorín colorado…

sábado, 21 de junio de 2014

La historia trae cola



         Como ya sabemos, Faustino era manco del brazo izquierdo, del que se había desembarazado con la ayuda del león.        Cuando le llevaron al hospital aprisa y corriendo, le curaron y, curiosamente, a partir de ese momento su salud mejoró de tal manera que su médico no sabía cómo había ocurrido. Faustino sabía que su relación “alimentaria” con Leoncio, el león del parque zoológico, era la causa de aquella mejoría aunque tampoco podía explicar el porqué.
         Habida cuenta de lo sucedido con Faustino, la fama de Leoncio fue creciendo a pasos agigantados y fue tal la afluencia de gente que venía a ofrecer partes de su anatomía al león que hubo que reforzar la vigilancia de la valla de protección. Elevaron su altura a ocho metros y la coronaron de “concertinas” para evitar que los desesperados pacientes saltaran y se acercaran a la jaula de Leoncio para que les comiera algo.
         Un día el alcalde, harto ya de gastar dinero para impedir el paso a los enfermos, cogió su rifle de caza y se dirigió al parque zoológico. Entró decidido y avanzó hasta la jaula del león con la intención manifiesta de descerrajarle un tiro pero la valla era ya tan tupida que difícilmente podría pasar un disparo así que, en un arranque de electoralismo, mandó quitar cualquier obstáculo que pudiera impedir el paso a quienes venían con la ilusión de buscar una curación costase lo que costase.
          Lo malo fue cuando se acercó a la jaula una señora que padecía de fortísimos dolores de cabeza…

jueves, 19 de junio de 2014

Amor a los animales



         La precaria salud de Faustino no le impedía darse un homenaje de cuando en cuando y eso fue lo que hizo aquel día de marras en el que hubiera sido mejor no levantarse de la cama como hacía a menudo, pero el asunto fue que, como ya lo tenía decidido desde hacía bastante tiempo, madrugó y, después de tomar una ducha y desayunar a lo grande (un café con leche y cuatro galletas maría), se abrigó convenientemente y dirigió sus pasos hacia el objeto de sus deseos: el parque zoológico.
         Cuando llegó la respiración se le había hecho fatigosa de tanto andar (lo menos treinta metros desde la parada del autobús). Entonces reparó en que había llegado demasiado temprano y aún no esta abierta la instalación. Decidió esperar sentado en un banco de los que había junto a la entrada y, para entretener la espera, sacó de su bolsillo una novela del oeste y comenzó a leer con fruición no sin antes calarse las pequeñas gafas que llevaba siempre encima para aquél menester o para ver bien los precios de los artículos del supermercado.
         Cuando quiso darse cuenta se había leído la novelita entera y ya estaban a punto de cerrar el zoológico por lo que sacó la entrada y se introdujo encaminando sus pasos hacia la jaula del león.  Saltó con miles de dificultades la valla de protección aprovechando un descuido del guarda e introdujo entre los barrotes el medio brazo izquierdo que le quedaba:
         Anda come, Leoncio, que por poco te dejo este mes a dieta.

miércoles, 18 de junio de 2014

Morena



 
Morena,
la de los rojos claveles,
la de la reja florida,
la reina de las mujeres.
Morena…
 
Nadie sabe el peligro que tiene una morena. Sí, sí, ya me lo habían advertido pero yo, como siempre, hice caso omiso de todas las prevenciones que me hicieron propios y extraños y ¡hala!, ¡a por la morena!… Pero sin pensar en lo que aquello podía significar para mi integridad física… Y ahora a quién le reclamo para que me arregle lo del mordisco que me dio y que me ha costado perder dos falanges del dedo índice de la mano derecha. La copla no decía de qué tipo de “Morena” se trataba y la que yo buscaba vivía en el fondo del mar y tenía muy mal genio.

jueves, 12 de junio de 2014

Orlas devaluadas y otras cosas



         Cuando yo estudiaba tuve que someterme a un examen ante un tribunal a los diez años para superar el llamado “Ingreso” que daba paso al bachiller elemental que, a su vez, acababa con una reválida para poder seguir los estudios del bachiller superior de dos años y culminado también por su correspondiente reválida para poder estudiar el Curso Preuniversitario que acababa en un examen ante un tribunal compuesto por profesores de la Universidad y nunca me hicieron una Orla sino sólo cuando terminé los estudios universitarios y hoy en día se hacen “orlitas” con los párvulos, los que terminan la Primaria, los de la ESO y los del Bachillerato e incluso después de algún curso de enseñanzas no regladas. A mi humilde entender creo que son demasiados panes para tan poco trigo. Menos americanadas y más cambios reales en la educación de nuestros niños y jóvenes porque nos contentamos con adornar las formas pero nadie se implica en cambiar el fondo de la cuestión.
          Por cierto, ahora que estamos con el asunto educativo:
¡Bien! por los Centros Escolares que han vuelto a reunir a la Familia Educativa por la tarde para celebrar el fin de curso todos y todas juntos y muy mal por ese colegio que sigue empecinado en ignorar a los padres y madres por mucho que éstos y éstas estén siempre dispuestos a trabajar por el bien de su centro.

miércoles, 11 de junio de 2014

Siempre la misma canción



“¡Cuidado! No vayas a dejarlo caer”. Siempre la misma advertencia. Estaba harto de escuchar sistemáticamente la misma canción como si él fuera idiota.
Primero fue cuando cogía en brazos a su hermanito y sus padres se sobresaltaban de temor, luego cuando el entrenador de atletismo le recordaba que el “testigo” debía agarrarlo con fuerza hasta que se lo entregase al relevista siguiente, después vinieron una y mil veces en las que tuvo que aguantar la dichosa recomendación… pues ya estaba hasta la coronilla de que le dijeran siempre lo mismo: la granada de mano la dejaría caer cuando le diera la gana porque era libre, ¿está claro?

sábado, 7 de junio de 2014

Le dan la espalda



Recuerdo cuando me sorprendía viendo como los “Mirasoles” (yo llamaba así a los girasoles) se movían siguiendo el recorrido que el Sol trazaba cada día en el firmamento y este año me estoy volviendo a sorprender con los que hay en los alrededores de mi casa que, sistemáticamente, le dan la espalda al astro rey durante las tardes y sólo le saludan cuando nace por las mañanas.
¿Será una postura de protesta por algo que no les parece bien de la actitud del Sol? ¿Será algo parecido a lo que ha pasado en las elecciones europeas?

viernes, 6 de junio de 2014

Más vale tarde



Era razonablemente lógico que la cosa no fructificase: él homosexual confeso y ella dirigente del club de lesbianas de su barrio, pero no por eso se arredró su tía la casamentera, no, y por esa misma razón intentó lo indecible para conseguir que cada uno siguiese su propio camino y así no mermaría su fama de celestina que ya empezaba a ser importante en la comarca. Definitivamente ese emparejamiento era inviable, sería necesario buscarle a cada cual su media naranja y eso no debería ser demasiado difícil habida cuenta de la cantidad de gente que había asistido al convite de la boda.

martes, 3 de junio de 2014

Refrán



         Aunque la Mona se vista de seda, Mona es y Mona se queda… pero la Mona no lo sabe y se viste y hasta presume de su vestido y de lo bien que le sienta, ¿o no? ¿Es que hace falta poner algún ejemplo para demostrarlo?

domingo, 1 de junio de 2014

Felicidades



         Hoy hubiera cumplido noventa años mi madre pero no pudo ser y se quedó en el camino hace dos.
Los últimos años de su vida en que convivimos más estrechamente que nunca me hicieron conocerla mucho mejor que cuando vivía aún en la casa paterna antes de casarme.
De todas formas y por si acaso esta Internet llega también allí donde tú estés: ¡Felicidades!, Isabelita, y que cumplas muchos más.