domingo, 29 de junio de 2014

Historias familiares



Manolito era primo segundo de mi padre, tenía dos hermanas mayores que él que lo mangoneaban continuamente y un padre que, además de tener un carácter insoportable, era un sinvergüenza de tomo y lomo que metía a su “querida” dentro de casa cada vez que le daba la gana.
         Se pasaba el día paseando el estuche de la jeringa con la que le ponía las inyecciones a su madre enferma y explicando a propios y extraños el proceso que tenía que hacer antes de poner las inyecciones: hervir la jeringa y la aguja para matar los microbios que pudieran tener, romper la ampolla de agua destilada y llenar la jeringa hasta no sé cuantos centímetros cúbicos, pinchar el tapón de goma del frasquito de la penicilina y llenarlo con el agua destilada, agitar con energía, volver a llenar la jeringa con el producto resultante,…
         Era una bellísima persona pero se ponía tan sumamente pesado con su cantinela que acabaron por llamarle “Manolito jeringa”.

2 comentarios: