viernes, 6 de junio de 2014

Más vale tarde



Era razonablemente lógico que la cosa no fructificase: él homosexual confeso y ella dirigente del club de lesbianas de su barrio, pero no por eso se arredró su tía la casamentera, no, y por esa misma razón intentó lo indecible para conseguir que cada uno siguiese su propio camino y así no mermaría su fama de celestina que ya empezaba a ser importante en la comarca. Definitivamente ese emparejamiento era inviable, sería necesario buscarle a cada cual su media naranja y eso no debería ser demasiado difícil habida cuenta de la cantidad de gente que había asistido al convite de la boda.

1 comentario:

  1. Curioso relato. ¿Primero los casa y luego quiere buscarle a cada uno su media naranja? Retorcido, ingenioso y encantador.

    ResponderEliminar