miércoles, 11 de junio de 2014

Siempre la misma canción



“¡Cuidado! No vayas a dejarlo caer”. Siempre la misma advertencia. Estaba harto de escuchar sistemáticamente la misma canción como si él fuera idiota.
Primero fue cuando cogía en brazos a su hermanito y sus padres se sobresaltaban de temor, luego cuando el entrenador de atletismo le recordaba que el “testigo” debía agarrarlo con fuerza hasta que se lo entregase al relevista siguiente, después vinieron una y mil veces en las que tuvo que aguantar la dichosa recomendación… pues ya estaba hasta la coronilla de que le dijeran siempre lo mismo: la granada de mano la dejaría caer cuando le diera la gana porque era libre, ¿está claro?

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