jueves, 21 de agosto de 2014

A Manuel Fernández Cano, “Manolín”



         Todavía recuerdo el primer día en que me incorporé al coro del Centro Filarmónico “Maestro Eloy Viro”. “Manolín”, con aquella sonrisa franca que era su bandera, me acogió y me fue ilustrando poco a poco en las distintas piezas que componían el repertorio. Su voz, bien timbrada y potente era la guía que seguíamos el grupo de barítonos. Jamás dudaba una nota y siempre afinaba a la perfección.
         Después, en el Grupo Azahares también fuimos compañeros de voz y, en franca camaradería, lo pasábamos muy bien tanto en los viajes como en los conciertos.
         En las murgas, desde “Los niños cantaores de Villaloca” hasta la última de las que compartimos en Azahares era un referente para todos y todas, y sufríamos con él cuando se deprimía por tener que cantar cosas que no compartía.
         Cuando hace unos años comencé a observar que su memoria le estaba traicionando no quise creer que era el anticipo de la terrible enfermedad que se lo ha llevado de entre nosotros, seguramente porque me negaba a reconocer que mi amigo iba a pasar ese calvario.
         Ahora “Manolín” descansa y, esté donde esté, quisiera creer que este humilde homenaje le llegará de alguna manera.
¡Hasta siempre, amigo, seguro que volveremos a cantar juntos en algún otro lugar!

3 comentarios:

  1. ¿Cómo puede comentarse un texto que no tiene padre(que se ampara en el anonimato)?

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  2. Un buen recuerdo para tu amigo que siempre estará en el corazón.
    Muchas gracias.
    Muy agradable leerte.
    Un beso

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