viernes, 10 de octubre de 2014

A la brisa



Brisa matinal, céfiro leve,
que despiertas las fuerzas de mi alma,
que refrescas mi mente de manera,
que no puedo volver al duermevela,
que me aguarda en mi lecho cada noche.
Ve con ella y dile que la quiero,
que la añoro, y que sin ella muero,
que no encuentro la paz, que yo soy suyo
y por mucho que lo quiera negar
a nadie engaño.
Y me siento tan solo, tan vacío
y necesito tanto su calor,
que no voy a parar sin conseguir
que ella vuelva conmigo.
Vuelve si te contesta, no lo dudes
y trae sus noticias diligente,
que yo estaré despierto y despejado
para si es el deseo de mi amada
poder volar presto a su lado.
Mas si espero y tú ya no regresas
entenderé que no te dio respuesta,
o tú no la encontraste, o… quién lo sabe…
tal vez ya no me ame y me detesta.

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