Le
volvió la espalda sin darle tiempo a más…
─ ¡No sigas por ese camino!, ─
le gritó su madre.
Pero no
le sirvió de nada el aviso porque siguió adelante sin hacerle ni el más mínimo
caso.
Es que
era sordo y, de espaldas, no le pudo leer los labios.
es que la madre tiene tela!! tendría que haberle tirado una piedra!!!
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