Evaristo
se acababa de prejubilar después de haber trabajado durante cuarenta y tantos
años a ocho horas diarias en una gasolinera perdida en el fin del mundo. Un
trabajo monótono y aburrido, (el camión cisterna del suministro de carburantes aparecía
una vez al año debido al casi nulo consumo de los escasos clientes que paraban
en la gasolinera), tan aburrido que no tenía ni con quién hablar ni dónde
gastar el dinero que ganaba por eso lo fue invirtiendo en una pequeña ciudad de
la costa donde compró un apartamento y lo fue dotando de comodidades y de todos
aquellos artilugios que pensaba sería interesante tener para distraer su tiempo
de jubilado.
Ya contaba
con un Smartphone, un Notebook y un E-reader, sólo le hacía falta hacerse con una Tablet que se la iba a autoregalar por navidades.
Ahora era el momento de abrirse un Blog, una página en Facebook y otra en Twitter para estar al día y
comunicarse con el mundo, pero, (se sobresaltó), ¿tendría también que aprender
inglés?
Qué gran pregunta, JF. Muy divertida la ironía tuya.
ResponderEliminarUn saludo
JM