Yo tuve el
privilegio de guiarte
por caminos que tú
no conocías.
Caricias, besos,
placer y desafío
por el tiempo
llevaron nuestras vidas.
Con los ojos
cerrados recorrí
los diversos
perfiles de tu cuerpo,
desde el cálido
pecho protector,
hasta tu espalda
dulcemente rematada
por la zona
sensible de tu nuca
que se cubre el
pudor con tus cabellos.
Cada vértebra besé,
cada músculo lamí,
cada parte
reavivaba el calor de mi deseo…
entregado a
irresistible tentación
mientras mis labios
probaron el sabor
del escondido
tesoro de tu sexo.
Es un camino que conviene recorrer bien acompañado.
ResponderEliminarUn saludo
JM
un dulce recorrido hasta llegar a la guinda del pastel!
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