miércoles, 1 de octubre de 2014

Su perfume



Siempre el perfume fue
la coraza que aislaba de los hombres
a su maltrecho corazón.
Su rostro hundido en su melena
negra como la noche más oscura
cubre con ese manto de flecos ondulados
rumores de quietud,
horas de insomnio.
Fuera de su morada el viento ulula,
la lluvia azota los arbustos de arrayán
y en los cristales
las gotas llaman
queriendo compartir su soledad,
pero ya es tarde,
demasiado tarde, ...
sólo queda el perfume.

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