lunes, 22 de diciembre de 2014

Ya llegan las vacaciones



Efectivamente, ya llegan las vacaciones para quienes las tengan y yo, como soy solidario, me voy a tomar unos días de descanso que me duelen ya las neuronas de pensar en lo que escribo aunque, a veces, no hay que pensar mucho porque lo que produzco no es nada del otro jueves.
Ahora debo dedicarme a editar mi regalo de este año para mis amigos y amigas que es un trabajo delicado y lleva su tiempo.
Lo dicho: ¡Felices Fiestas y hasta la próxima entrada!

domingo, 21 de diciembre de 2014

Siempre que ocurre igual…



         “Siempre que ocurre igual, sucede lo mismo”. Es una frase que escuché en mi infancia en boca de unos payasos del circo y se me grabó en la memoria de forma que no la he olvidado.
         Dicha así de sopetón puede parecer una tontería como una casa pero quizás no sea tan tonta la cosa, y si no, veamos un ejemplo:
         Cuando los banqueros dicen que no tienen la culpa de nada y que han hecho bien su trabajo, sucede que los políticos dicen lo mismo. Y cuando los jueces empiezan a meter entre rejas a los políticos, también deberían hacer lo propio con los banqueros.
¿O no?
Lo malo es que como esto siga así no van a caber en las cárceles los delincuentes comunes.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Un asalto con dudoso beneficio



La tarde languidecía lentamente cuando Joaquín escuchó el traqueteo de un desvencijado carromato que no tardó en aparecer por el recodo del camino. Un pequeño borriquillo tiraba con mil fatigas de una carga a todas luces excesiva para él. Un individuo, subido sobre la carga, restallaba su látigo por encima de las orejas del jumento que parecía iba a caer al suelo exhausto de un momento a otro.
Joaquín cubrió su rostro con el pañuelo y se colocó en medio del camino haciendo ademán al otro para que se detuviera.
¡Alto! ¿Quién va?
¿Y quien lo pregunta? Respondió el del carro.
Alguien que a ti no te importa masculló encañonándole con el trabuco. ─ Baja del carro, suelta el burro y date prisa en perderte de mi vista antes de que me arrepienta y te pegue un tiro.
El fulano no se hizo repetir la orden y en un pispás soltó al burro y salió corriendo como alma que lleva el diablo.
El bandolero registró la carga y, viendo que no había nada que pudiera interesarle, montó en el burro y se marchó en dirección contraria.
─ No cabe duda, hermano ─ comentó dirigiéndose al burro ─ que tú has salido ganando más que yo con este asalto porque ahora llevas una carga más liviana.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Mala suerte



Nadie le oyó cuando pidió socorro pero eso, al fin y al cabo, no fue lo peor. Lo peor fue que habría sido imposible que le oyeran porque no había ni un alma en varios kilómetros a la redonda y es que la noticia de que un preso peligroso se había escapado de la prisión provincial corrió como la pólvora y todo el mundo se quitó de en medio.
Ahora que la policía había dejado de buscarle no podía salir del agujero en el que había caído durante su huída nocturna a través del bosque.

jueves, 18 de diciembre de 2014

¿Canción infantil?



“Antón, Antón, Antón pirulero…” cantaban inocentemente… “cada cual, cada cual que aprenda su juego…” seguían con su canción… “y quien no lo aprenda, pagará una prenda…” y así siguieron cantando toda la tarde hasta que se quedaron en pelota picá.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Ella era…



Corriente, lo que se dice una persona corriente, la verdad es que no lo era pero, a veces, parecía que no solo era corriente sino también vulgar.
Era inteligente pero también pudiera ser que todo fuera falso en su comportamiento porque, en determinados momentos, la encontraba insoportablemente tonta.
Era guapa, tenía buen tipo e incluso, a primera vista, era atractiva pero, según se profundizaba en su conocimiento, la cosa iba cambiando y, al final, resultaba francamente odiosa:
Era demasiado perfecta para ser de verdad.

martes, 16 de diciembre de 2014

… y este cuento se acabó



         Se jodió el cuento de la Bella Durmiente porque padece de insomnio desde que se quedó en el paro y no puede pagar la hipoteca. Algo parecido puede pasar con Blancanieves si desahucian a los enanitos de su casa en el bosque y con Cenicienta si a causa de la pobreza energética dejan de calentarse con braseros de picón en el palacio de su padre, y no digamos el desastre de Caperucita que le han quemado el bosque el verano pasado y el Lobo ha tenido que emigrar a Sudamérica.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Eso no…



         ¡Niño, eso no se dice!
         Y el niño no dijo ni pío, parecía una esfinge faraónica, no movió ni un músculo de la cara.
         ¡Niño eso no se hace!
         Y el niño no hizo nada, pero nada de nada, absolutamente nada. Ni siquiera parpadeó.
         ¡Niño eso no se toca!
         Y el niño no hizo ni caso. Se tocó la nariz, sobre todo por dentro y… lo sacó.

domingo, 14 de diciembre de 2014

La foto



¡Niño! Mira al pajarito… Mira al pajarito… ¡Niño!… Mira…
Tardó un buen rato, pero miró y se puso a llorar cuando vio que le habían engañado: sólo había un tío que debía ser muy feo porque se tapaba la cara con un aparato raro.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Recuerdos: La ensaladilla rusa



         La ensaladilla rusa es uno de mis platos favoritos y, por mucho que haya comido, no he llegado a aborrecerla. Recuerdo un “Día de San José” de hace bastantes años (unos cuarenta aproximadamente) en que mi padre nos dio barra libre en mi casa a todos los amigos. Acabamos con dos botellas de whisky y una de ginebra y los vapores alcohólicos debieron despertar el hambre en nuestros juveniles estómagos por lo que decidimos saciarla en la taberna “La Montillana”, que estaba en la calle San Álvaro, donde el vino y las tapas eran bastante baratas.
         Al acercarnos a la barra vi una fuente de ensaladilla rusa recién hecha que me entró por los ojos como un cohete y no pude menos que exclamar:
         “¡Me la comería entera!”
         Como quiera que lo dijera en voz alta, el camarero se enteró y me comentó sorprendido:
“¿Entera?”
Yo para no bajarme del burro le contesté:
“Con tres o cuatro medios de vino si sólo me cobra dos tapas”
A mis amigos se les abrieron unos ojos como platos cuando el camarero me puso la ensaladilla delante y cuatro medios de vino diciendo:
“De acuerdo, pero si te da una indigestión yo no me hago responsable de nada”
Tardé unos veinte minutos pero me la zampé entera aunque me sobró la mitad del último medio de vino y, además, dormí como un lirón, bueno como un lirón harto de ensaladilla rusa.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Los gatos del Cementerio



         Os habéis fijado que en los días fríos del invierno hay varios gatos en la puerta del cementerio. ¿A qué o a quién esperan?, me preguntaba siempre y esta mañana he comprendido lo que hacían.
         La verdad es que el misterio no era tal y todo tenía una explicación de lo más simple y corriente:
Los gatos esperan a los coches.
         Sí, los gatos evidentemente esperan a que llegue uno o varios vehículos para situarse debajo de ellos, más concretamente debajo del motor para así calentarse y echar un sueñecito.
         Eso sí, como decía la nana que cantaba mi abuela, “duermen con los ojos abiertos como las liebres”, por eso cuando arranqué mi coche para irme, salieron tres corriendo de debajo de él como almas que lleva el diablo.
         Curioso, ¿no?

jueves, 11 de diciembre de 2014

Tu espalda



Tu espalda era mi anhelo,
también tu rostro y tus labios,
tus manos y tú toda.
Te contemplé extasiado
era tan exultante tu belleza
y estabas tan tranquila.
Me acurruqué a tu lado
y acaricié tu espalda.
Estabas serena, parecías dormida,
no quería que te sobresaltaras.
Era tal tu quietud
que no quería interrumpir tu sueño
con palabras que no eran necesarias,
con un gesto quizás inoportuno,
con el latir acelerado
de mi pecho que ansiaba tu cariño.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

¡Ay Diciembre de mis “entretelas”!



         Como ya estoy jubilado, mi trabajo consiste en ir a comprar al súper, arreglar mi jardín y cultivar el mini huerto que tengo en casa. Para mi “aggiornamento” en las lides literarias asisto cada quince días a un Taller de Escritura que dirige Matilde Cabello y durante este mes de Diciembre en el que las fiestas son multitud tengo unos cuantos eventos que no son nada comunes a lo largo del año.
         A partir del día 10 participo como jurado en el Concurso Escolar de Villancicos; el 18 estaré almorzando con mis antiguos compañeros y compañeras del Instituto para despedir a Juan Ruiz Valle y Juan Domínguez Ruiz que se jubilan; luego vendrán las comidas familiares del 24 y 25; el día 27 cena con antiguos profesores y alumnos del Colegio Público Séneca y, para finalizar, la cena de Fin de Año con mis amigos y amigas en casa de Rafa Limones y Adela Ceballos. El mesecito va a ser de lo más movido y espero terminarlo tan bien como lo he empezado, es decir, de una pieza. ¡Que no decaiga!

martes, 9 de diciembre de 2014

Recuerdos: Mi primera juerga “controlada”

         Cuando pienso cómo se inician en el consumo de alcohol nuestros y nuestras jóvenes me viene a la cabeza la primera vez que yo lo bebí y salí de noche.
Tenía diecisiete años y mi padre me propuso “salir de Patios”. Yo a esa edad no tenía ni la más mínima idea de qué era aquello de “salir de Patios” así que le dije que sí para salir de mi ignorancia.
Fuimos pues mi padre, su amigo Juan “Raya Ancha” y yo que, haciendo un símil taurino, iba a “tomar la alternativa” en las lides de las juergas nocturnas.
Como quiera que recorrimos tres o cuatro patios y en cada uno de ellos me tomé una copa de vino, a eso de la media noche estaba ya un poquito mareado pero entonces llegó el momento de ir a una taberna del barrio de San Basilio donde solía haber gente que cantaba flamenco.
Allí, entre cante y cante, nos beberíamos entre los tres (bueno yo bebía menos) dos medias botellas de fino “la galga” (no se me olvida el nombre porque me puse bien a tono) y alguna ración de jamón y queso para empapar el caldo porque según mi padre no era bueno beber a palo seco.
A eso de las tres de la madrugada llegamos a casa y, al bajarme del coche, perdí el equilibrio y estuve a punto de tragarme un árbol de la calle. Mi padre y Juan hicieron como que no lo habían visto y nos fuimos a dormir.
La noche fue para olvidarla o, mejor dicho, para “no olvidarla” y al día siguiente, que era sábado y mi padre no trabajaba, durante el desayuno me dijo mi progenitor:
Anoche fue tu primera borrachera, ¿no?
Yo asentí y no dije ni pío porque el resacón que tenía era de campeonato.
Pues ya has aprendido a beber, dijo él ahora tienes que aprender a orinar.

lunes, 8 de diciembre de 2014

No me gusta el silencio



No me gusta el silencio.
Es ventanal abierto
a recuerdos que no quiero recordar,
a los sueños que quieren existir
y que invaden mi escondida intimidad
para que los acoja.
Cuentas pendientes
que quieren ser cobradas.
Puertas abiertas
que deben ser cerradas.
Hechos que nunca quisiera haber vivido
y que afloran
con fuerza del olvido
donde los encerré hace mucho tiempo
pero se han escapado y me visitan
y vienen a quedarse
para vivir conmigo.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Recuerdos: La Bodega



         Cuando en mi casa se nombraba la Bodega estaba claro que se hacía referencia a la bodega de Pepe Lama. Era un gran amigo de mi padre y tenía una bodega en la cordobesa calle Magistral Seco de Herrera a la que ya he hecho mención en otro escrito.
         La bodega de Pepe Lama era centro de reunión y tertulia de una serie de amigos que, con mi padre y algunas veces yo, hacíamos gala de la degustación de los caldos de Montilla y Moriles amén de debatir sobre cuestiones de actualidad local sobre todo y de fútbol.
         La bodega tenía unas quince o veinte medias botas en las que Pepe criaba con esmero un par o tres de vinos diferentes, entre ellos recuerdo el “Fino RL” y el “Amargoso”.
         Pepe, que tenía muchos ratos libres a lo largo del día, dedicaba su tiempo a tallar personajes en madera usando un palo de fregona y a dibujar a plumilla.
         Era pues una bodega atípica y curiosa por lo que tenía de cultural y divertida.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Deprisa



Con tanta intensidad
con tanta prisa
se nos va el existir
sin darnos cuenta
que este fluir sin tregua
que la vida parece
con tanto correcalles,
con tanto tropezón,
con tanto engaño,
me ha desgarrado el alma de tal modo
que he mandado parar a mis motores
para recuperar alientos ya perdidos.
Y en este impasse forzado y doloroso
me detengo a pensar y me pregunto:
¿Dónde quedó el pasado?

viernes, 5 de diciembre de 2014

Recuerdos: Juan "Raya Ancha"



Tal vez pueda ser éste el epígrafe bajo el que vaya publicando diferentes entradas relacionadas con mis recuerdos de juventud.
Hoy me he acordado de Juan Atienza, un buen amigo de mi padre al que llamaban cariñosamente “Juan Raya Ancha” porque era calvo de solemnidad y él, en broma, presumía de que no lo era sino que se hacía la raya demasiado ancha. Era un hombre simpático y agradable que se dedicaba al bobinado de motores eléctricos pero cuando ese tipo de trabajo se vino a menos a finales de los sesenta, puso un pequeño bar en la calle Magistral Seco de Herrera del barrio cordobés de la Ciudad Jardín.
         Sólo había bebidas y tapas frías pero destacaba una tapa cordobesa cien por cien que antiguamente solía tomarse en el Círculo Mercantil como bien dice el romance a Córdoba del desaparecido Pepe Marchena: “El huevo a la pastora”.
         Con este nombre tan rimbombante se hacía referencia a medio huevo duro con ensaladilla rusa y salsa de tomate.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Volver a casa



Preguntó en todas partes pero nadie supo darle norte acerca del paradero de su antiguo vecino. Muchos ni siquiera se acordaban del aspecto que tenía últimamente. Alguno llegó a decirle que esa persona no vivía ni había vivido nunca en el viejo caserón de la esquina, pero seguramente se debía a que eran recientes en el barrio.
En vista de la falta de noticias decidió probar en la oficina del censo municipal:
¿Cómo dice que se llamaba su amigo? Preguntó mecánicamente la funcionaria que le atendió.
Ambrosio Mendizábal Atienza Contestó y añadió Pero no era mi amigo, sólo se trata de un conocido.
¿Y dice que vivía en la esquina de Avenida de la Corriente con la calle Malmetida?
Sí, al menos cuando éramos niños vivía allí, pero luego me fui a otro sitio, perdimos el contacto y no he vuelto hasta el viernes pasado…
Pues aquí no consta ningún Ambrosio Mendizábal Loquesea en esa dirección Le interrumpió la señorita.
¿Está Vd. segura? Inquirió
Por lo menos en el censo informatizado no aparece, tal vez en el archivo donde están los censos antiguos…
¿Y ese archivo dónde está? Volvió a preguntar al borde del desaliento.
En la segunda planta, pero no creo que encuentre Vd. nada… son censos de hace más de cien años.
¡Tanto tiempo he estado fuera!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Cita



Tu voz sonaba al otro lado del teléfono:
“Regálame una noche de amor apasionada
que esta noche quiero ser sólo tuya
para vivir de nuevo aquel encuentro
en el que nos lo perdonamos todo
cuando por vez primera
sin prisas nos amamos
y ardieron nuestros cuerpos
fundiendo nuestras almas”.
Te contesté:
“Ven pronto, no pierdas ni un instante,
impaciente te espero apasionado”.
Veinte veces bajé al piso de abajo
pretendiendo escuchar tus pasos fuera.
Ahora sí, ahora he sentido tu llamada
y volviendo mis pies sobre mis huellas...
trepidante bajé de dos en dos las escaleras,
trémula y torpemente abrí la puerta
y tú estabas allí radiante y bella.

martes, 2 de diciembre de 2014

Miedo escénico



         Le avisaron por el interfono que acababan de abrir las puertas. Se le vino el estómago a la boca. Trató de calmarse pensando que, tal vez, no viniera nadie, pero sabía que era un pensamiento absurdo puesto que se habían vendido todas las entradas. Miró por el pequeño descosido del telón y su pulso se aceleró hasta lo inimaginable: la gente entraba atropelladamente para poder elegir un buen sitio pues las localidades no eran numeradas.
En el patio de butacas no cabía un alfiler y la platea estaba a punto de llenarse por completo. Estaba perdido sin remedio posible. La angustia le atenazaba la garganta y luchó por tragar saliva para que la voz no le fallase al dirigirse al público que abarrotaba ya la sala.
Al fin y al cabo no tenía más remedio que salir a escena y explicarles que lo del recital de Julio Iglesias sólo era una burda mentira.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Noche de Mayo



La nostalgia palpita en cada instante
de esta noche de mayo calurosa
en que de nuevo me siento reavivado.
Demasiado lentas son sus horas
de madrugada insomne y agitada
“menage à trois” tenemos con la luna
que nos alumbra como falsa aurora
y disfrutamos vigorosamente
el flujo y la humedad del tórrido deseo
mezclado con aromas especiados
de cítrico de lima y de miel pura.
Esta roja oleada de fuego pronto cede
dando paso a placeres y a goces infinitos
que llevan al orgasmo que nos deja agotados
para caer en brazos de Morfeo
que nos acuna hasta que el sol se viene.