Como los alhelíes
cuarentenos
que visten de
morado la Cuaresma
y exhalan su
perfume suavemente
llenando los
finales de las tardes,
así surgen despacio
estos poemas
que lentos van
naciendo entre mis manos,
sin dar siquiera
tiempo a repensarlos
pues es su fresco
aroma lo que adoro
y no su perfección
al redactarlos.
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