domingo, 19 de abril de 2015

Cuentos para soñar



         Llevaba ya un rato sin dormirse esperando que su madre le leyera un cuento. Apagó la luz y en ese mismo instante sintió los pasos de su madre que entró en su habitación y se sentó en el sillón que había a la cabecera de su cama.
¿Estás dormido? Dijo con voz queda.
No, te estaba esperando.
Hoy te leeré el cuento de Rigoberto:
“Rigoberto era un niño feísimo pero que tenía tan buen corazón que todo el mundo le quería muchísimo. Un día alguien le habló del río que pasaba por la ciudad y decidió ir a verlo aunque tendría que caminar al menos dos días para llegar a la carretera y allí coger el autobús… “
Juanito, poco a poco, dejó de oír la voz de su madre y se quedó dormido como un tronco.
Juanito, ¿estás dormido? La voz de su madre le volvió a la realidad.
No, no, mamá, estoy despierto.
Entonces te leeré el cuento de Rigoberto:
“Rigoberto era un niño feísimo pero que tenía tan buen corazón que… “
No, mamá, empieza por cuando Rigoberto vio al niño que estaba a punto de ahogarse en el río.
Pero, hijo mío, si eso está casi al final… ¿Y lo demás del cuento? Protestó la madre
Es que lo demás ya lo he soñado.

1 comentario:

  1. Exactamente, los sueños son para soñar (y no para dormir).
    Un saludo
    JM

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