viernes, 17 de abril de 2015

Sorpresa: La historia de ella



         Eran las tres y media de la madrugada cuando decidió que ya estaba harta de aguantar las borracheras de su panda de amigos y les dejó plantados diciendo que iba al tocador para retocarse.
         Efectivamente fue al servicio de señoras, se retocó un poco y salió pero directamente a la calle. Una densa niebla la recibió cuando puso el pié en la acera. Dudó unos momentos entre irse a casa andando entre la niebla o volver a entrar en el pub y seguir con lo mismo de antes; decidió marcharse a casa orientándose por la luz de las farolas que se filtraba con dificultad a través de la neblina.
         Después de andar durante más de una hora se sintió totalmente perdida en su propia ciudad. Se apoyó en un coche que estaba estacionado junto a una farola y, cuando iba a reemprender su errático camino, la correa de su bolso se enganchó en la manilla de una de las puertas y ésta se abrió. No se lo pensó dos veces y se arrellanó en la parte de atrás para descansar un rato. Se estiró para encender la radio del vehículo y puso música a un volumen tremendo, estaba cabreada y necesitaba algo fuerte que aunque parezca mentira la fue calmando y relajando poco a poco. Apagó la radio y mientras pensaba qué camino tomar para tratar de encontrar su casa, se quedó dormida.
         La radio a todo volumen la despertó de pronto y, cuando se estaba desperezando, abrió los ojos y se encontró con un chico en el asiento del conductor que la miraba con cara de sorpresa mayúscula.
¡Pero qué haces aquí dentro! Le gritó.
Perdona, pero te dejaste el coche abierto y con la niebla no era capaz de dar con mi casa…

2 comentarios:

  1. GENIALLL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    me quedo con la historia de él
    Los hombres son mas sinceros

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  2. Y si sucedió así de verdad...
    Fabuloso
    Un saludo
    JM

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