sábado, 4 de julio de 2015

Las “desgracias” no vienen solas



         Tenía que pasarme a mí… precisamente a mí… y, además, en el momento más inoportuno.
         Si ya me lo decía mi madre: “No sigas por ese camino”, pero yo seguí y, al final, se me ha echado la noche encima, la bicicleta se ha pinchado y me acabo de doblar un tobillo porque no se ve ni un pimiento y he metido un pié en un agujero.
         ¡Vaya por Dios! ¡Ahora para rematar me ha dado un apretón y me lo he hecho encima! Si es que hay días que es mejor no levantarse de la cama.

1 comentario: