lunes, 26 de octubre de 2015

No tenía el don



         Apuró el vaso de un solo trago y lo dejó junto a la botella. Luego permaneció más de una hora observando ambos objetos como si quisiera devorarlos con la mirada…
         Cambió de posición para verlos a contraluz y nada de nada. Se puso de pié y lo intentó desde mil y un ángulos diferentes. Se agachó e incluso se tumbó en el suelo pero el resultado fue el mismo…
Estaba claro que la telequinesia no era lo suyo.

1 comentario:

  1. Siempre es mejor tener dos o tres puntos de visto. Da igual la parte telequinética.

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