domingo, 22 de noviembre de 2015

Encuentro



Te ví cuando venías hacia mí
con tu mejor sonrisa puesta,
sentí como de pronto en mi interior
se disparaban las alarmas
y mi cerebro ya dejó de ser
el comandante que mi cuerpo rige
para perderse entre la desazón
y no saber ni qué decirte.
Tú ya sabías que esto iba a pasar
y controlabas ya la situación.
Noté que te abrazaba y desperté
teniéndote tan cerca,
creí que no podía contenerme más
y ansié besar tu boca
cuando jamás pensaba que lo haría
aunque lo deseara a solas.
Temblé de excitación
al estrecharte entre mis brazos.
Imaginé que el tiempo se paró
y aquél momento de felicidad
se me antojaba eterno,
pero lo cierto es que poco duró
sólo lo justo para un casto beso.
Y luego tú
te separaste de mi abrazo amante
para dejarme en soledad infeliz
por ser cobarde.

1 comentario: