viernes, 29 de enero de 2016

Confesión



Ave María, padre.
Sin pecado concebida, hijo. Dime ¿de qué te quieres confesar?
Pues de que estoy loco por mi vecina y está casada.
Pero si andas con ella sería pecado de adulterio.
¿Y si sólo es una vez?
Ni una ni media, de todas formas sería adulterio.
De acuerdo, padre, está decidido: no le tocaré ni un pelo
Eso está muy bien, hijo, pero has de tener en cuenta que la tentación puede volver y, a veces, es mucho más fuerte cuando esto sucede…
No hay problema, padre, lo tengo todo controlado.
Ya me dejas más tranquilo, ¿pero cómo harás para ahuyentar a los demonios de la carne?
Pues nada, se depila el cuerpo entero y se rapa la cabeza.

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