domingo, 27 de marzo de 2016

Recuerdos: Mis primeras lecturas



Mis primeras lecturas fueron los que mi madre llamaba “Cuentos de Calleja”. Eran unos libritos que editaban la Editorial Fher y la Editorial Bruguera.
Algunos de ellos eran obsequiados por empresas de Córdoba y otros se vendían en los kioscos al precio de 35 céntimos de peseta.





 Cada domingo, después de la misa de doce en la Parroquia de la Trinidad, mis padres me compraban un cuento y nos íbamos al bar Florida, que estaba en la calle Concepción, para tomar algo (mis padres una cerveza y yo una zarzaparrilla porque aún no había Coca-Cola) acompañado de una tapa (yo siempre la pedía de ensaladilla rusa que estaba riquísima).
Luego, ya en nuestra casa, almorzábamos y, acto seguido, me leía varias veces el cuentecito hasta que me lo aprendía de memoria para contárselo a mi hermano pequeño, Luis Manuel, que no sabía leer aún.

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