─¡Oiga!¿Es el solucionador de problemas vitales?
─Pues sí, señor. ¿Qué se le ofrece?
─Mire es que tengo un problema…
─Diga, diga,…
─Pues bien, le digo, le digo…
─Dígamelo…
─Es que no sé cómo empezar…
─Pues por el principio, ¿no le parece?
─Si Vd. lo dice, empezaré por el principio…
─Bueno, no se corte y explíqueme su problema.
─Espere un momento…
─De acuerdo, espero.
─Ya sabía yo que esto iba a pasar…
─¿Y qué le pasa ahora?
─Pues el problema es…
─Arranque ya que no tengo todo el día.
─Es que…
─Podría darse un poquito de prisa, por favor.
─Prefiero dejarlo para otro día.
─¿Pero por qué?
─Es que no sé donde está el principio y así no hay
manera de explicarle mi problema. Cuando lo encuentre le vuelvo a llamar.
jajajajajaja
ResponderEliminarpues ya era largo el problema....
besos.