jueves, 5 de mayo de 2016

Inmerecido



Ayer me dieron una sorpresa que me dejó sin palabras y eso es harto difícil porque mi parlamento es fluido y fluyente a más no poder.
Bueno, vayamos al grano. Como digo, ayer me había citado con Antonio Lillo en la Biblioteca y cuando llegué, estaba acompañado de Esperanza Caro de la Barrera y ambos se hacían cruces buscando no sé qué cosa que era, por lo visto, importante y que nadie sabía de su paradero. Después de varias consultas telefónicas, Antonio apareció con un paquete envuelto en papel de regalo que Esperanza me entregó dándome las gracias por mi colaboración en las actividades de la Feria del Libro. Me quedé un poco parado porque no pienso que mi humilde colaboración haya sido tan importante como para recibir un regalo pero lo que me dejó sin habla fue el contenido del paquete: una foto mía hecha durante la lectura del Quijote estampada en lienzo y que ya está ubicada en la pared de mi estudio.
Ahora que ya he recuperado la verborrea, quisiera dar las más efusivas de las gracias por algo que yo he hecho y estoy dispuesto a repetir todas las veces que haga falta sin esperar a cambio más que el agradecimiento y el disfrute de todas las personas que participaron conmigo.

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