sábado, 29 de abril de 2017

LA PRISA



Tanta prisa me tiene preocupado
pues no me deja ni pensar tranquilo,
me abruma en los más de los momentos
y me arrastra en inciertos torbellinos
aunque nunca he perdido la cordura,
para eso hacen falta más tormentos
que me hagan dudar de lo que pienso,
de lo que hago e incluso lo que siento.
Tenemos un vivir acelerado
que más parece un sinvivir continuo
que nos lleva a un ritmo inmoderado,
a una velocidad que nos da vértigo.

viernes, 28 de abril de 2017

Recuerdos: El tiburón



No habían estrenado todavía la película “Tiburón” porque, si la hubiera visto, seguro que me muero del susto.
Tendría yo unos dieciséis años y estaba de veraneo en Estepona. Por las mañanas nos íbamos unos cuantos chavales a pescar pulpos en un roquedo de unos tres metros de fondo que estaba situado a ciento cincuenta metros de la orilla más o menos.
Había una balsa anclada a setenta u ochenta metros del rompeolas que nos servía como descansadero y para ir depositando allí los pulpos que capturábamos. Como es natural sólo llevábamos gafas, snorkel y aletas amén de un garfio que nos servía para atrapar la pesca.
En una de las zambullidas, al salir a respirar, observé que la gente que estaba en la balsa agitaba los brazos y gritaba algo que no podía oír bien (estaba a casi noventa metros de ellos). Como llevaba ya dos pulpos en el garfio comencé a nadar hacia la balsa donde los amigos seguían gesticulando y gritando: ¡Tiburón! (Ahora sí pude oírlo claramente). Miré hacia donde señalaban y, efectivamente, allí estaba la aleta que demostraba la presencia del escualo. A unos treinta metros de distancia y dando vueltas a mi alrededor. No podía apreciar bien su tamaño pero me pareció lo suficientemente grande como para aterrorizarme y casi quedarme paralizado. Solté el garfio con los pulpos y comencé a nadar sólo con las aletas para no producir demasiado alboroto de agua. ¿Alguno de vosotros ha sudado en el agua? No me refiero a la sensación que da el agua calentucha de las playas de Alicante, no, me refiero a sudor frío que me hacía casi tiritar mientras me dirigía rápidamente hacia la balsa mientras el marrajo seguía girando en torno a mí. Cuando llegué al maderamen estaba completamente agotado, no por el esfuerzo sino por el pánico. Yo no quería ni mirar al bicho aunque sabía que allí no iba a pasarme nada. Al cabo de un rato, que a mí se me hizo una eternidad, el animal puso pies en polvorosa y se perdió de vista. La gente que estaba en la balsa conmigo saltó al agua y nadaron hasta la playa pero yo no podía moverme atenazado por el miedo que había pasado, de tal manera que tuvieron que recogerme con una barca porque, si no es así, me hubiera quedado allí para los restos.
No he vuelto a bucear, ni siquiera a bañarme en el mar porque, en cuanto la ola me moja los pies, imagino al bicho esperando para atacarme. Sí, ya sé que puede parecer una exageración pero incluso en la piscina miraba con desconfianza por si estaba allí.

miércoles, 26 de abril de 2017

PERDÓNAME



Fue sin querer pero yo sé que te hice daño,
lo hice sin maldad, pero lo hice,
solo diré que a ti nunca te engaño
porque mi amor por ti es tan grande y tan hermoso
que una vida si ti se me aparece
tan fuera de lugar, tan imposible
que ni siquiera me planteo ese momento
pues necesito tu calor, tu aliento y tu cariño
como el alimento y el aire que respiro,
como la misma vida que comparto contigo.

domingo, 23 de abril de 2017

MEMORIA



No puedo recordar ningún poema,
si puedo revivir los sentimientos
y es que mi memoria me traiciona
porque vive a su aire y no obedece
los dictados y dogmas de la lógica
sino los arrebatos que la pasión libera.
En este cruce de caminos de mi vida
tengo que optar por un sendero nuevo
que me renueve en ti y en tu cariño
para juntarnos más estrechamente,
para acercarnos más si es que es posible
y volver a empezar si es necesario.

jueves, 20 de abril de 2017

Devaneos con Afrodita



A partir de esta tarde, en el stand de Papelería San Antonio de la Feria del Libro, estará disponible mi último poemario: “Devaneos con Afrodita”. Un conjunto de poemas erótico-amatorios que seguramente serán de vuestro agrado o, al menos eso espero.
¡Gracias por leerme!




martes, 18 de abril de 2017

Mis libros en la Feria del Libro



Ya podéis encontrar mi último libro de relatos cortos en “Papelería Milla”.
A partir de mañana también estará disponible junto con el poemario “Aroma de azahar” en el stand de “Papelería Goya” en la próxima Feria del Libro que se celebrará del 19 al 23 de este mes en la Plaza Mayor de Andalucía.
De antemano os doy las gracias por leerme.

sábado, 15 de abril de 2017

TU PIEL



Tu piel es el lienzo perfecto
que dibujan mis manos
si acaricio tu cuerpo
desnudo en la cama.
Tu piel es el lienzo perfecto
que recorren mis labios
cuando beso tu cuerpo
al rayar la mañana.
Tu piel es el lienzo perfecto
donde pintan mis ojos
contemplando tu cuerpo
mientras duermes cercana.
Tu piel es esencia y fragancia,
es aroma y perfume
que dejas prendido
en mi cuerpo y mi alma.

jueves, 13 de abril de 2017

Aquél no era



Efectivamente, aquél no era mi tío Gabriel. La cosa comenzó una mañana de sábado en que mi madre se empeñó en que tenía que ir a visitar a mi tía Clemencia y a mi tío Gabriel.
Vivían en la Avenida de la República Argentina y yo, después de discutir con mi madre porque no tenía ganas de visitar a nadie, salí cabreado de mi casa y cuando llegué al portal de la casa donde vivían mis tíos todavía me duraba el sofocón. Seguramente por ello en lugar de subir a la segunda planta izquierda, llamé equivocadamente al primero.
Mis tíos tenían una asistenta, Ramona, y una cocinera, Balbina (eran gente pudiente que se lo podía permitir) y cuando la puerta se abrió no apareció ninguna de ellas pero era tal el nivel de mi enfado que ni me fijé en ello (estaba deseando de acabar con aquella visita impuesta aunque mis tíos me querían mucho y yo a ellos también). Pregunté: “Dónde esta mi tío” y aquella señora me llevó directamente al dormitorio donde había un señor en la cama al que le dí un beso y salí a escape.
En el descansillo de la escalera leí que estaba en la primera planta por lo tanto aquel señor no era mi tío Gabriel pero el beso ya se lo había dado y aquello no tenía remedio. Desde entonces cuando iba de visita a casa de mis tíos pasaba como una exhalación por aquella puerta para que nadie me pudiera reconocer.

lunes, 10 de abril de 2017

Primera experiencia con la muerte



─ Tienes que ir a ver al tito Manolo ─ dijo mi madre y añadió ─ Te lo he dicho ya más de cien veces y no me haces caso porque no te da la gana. Cualquier día se muere y te quedas sin verle. ─ Apostilló.
La verdad es que a mi madre no le faltaba razón pero a mí no me apetecía, en aquellos años de adolescencia rebelde, ir a visitar a nadie y menos a una persona que se estaba muriendo a chorros aunque fuera mi tío y el hermano mayor de mi madre, pero al final me duché, me cambié de ropa y salí en dirección a la vivienda de mi tío Manolo.
Le habían diagnosticado una enfermedad renal que no parecía tener curación y los médicos le habían desahuciado. Según mis padres, era la misma afección que se había llevado al otro mundo a la famosa bailaora Carmen Amaya ese mismo año.
En menos de un cuarto de hora estaba ante la puerta del piso y pulsé el timbre con el deseo ferviente de que nadie lo oyera y así me volvería a mi casa sin pasar el mal trago que me esperaba. No fue así y al momento mi tía abrió la puerta con semblante triste y serio que me indicó que la cosa no iba mejor. Me miró, me dio dos besos y me hizo pasar sin hacerme ni el más mínimo reproche.
─ ¿Cómo está?
─ Igual, sigue igual… de mal ─ me informó y sus ojos brillaron aunque no asomó ni una lágrima. ─ Pasa si quieres verle.
No llegué a contestar pero ella me tomó del brazo y me llevó al dormitorio donde mi tío se debatía entre la vida y la muerte.
─ Dale un beso, ─ me dijo acercándome a la cama, y añadió dirigiéndose al enfermo ─ Manolo, que ha venido tu sobrino a verte, dale un beso ─ insistió casi silabeando y tirando de mí hacia la cama.
No recuerdo bien si le di el beso que ella solicitaba con tanto empeño o si sólo me incliné sobre mi tío y lo simulé. El enfermo sudaba copiosamente y se removió en el lecho aunque no estoy seguro de que notase mi presencia pues sus ojos permanecieron cerrados.
Me quedé como hipnotizado contemplándole mientras mi tía salía de la habitación cerrando la puerta. De momento me quedé ciego por la falta de luz pero poco a poco mis ojos se fueron acostumbrando a la penumbra. Una cama de matrimonio donde reposaba (es un decir) el enfermo, dos mesillas de noche, una a cada lado de la cama, un tocador con espejo y un armario de cuatro puertas; una descalzadora y unos cortinajes dobles que tapaban la única ventana. Los cortinajes eran los responsables de la oscuridad que reinaba en el dormitorio pero no me atreví a tocarlos, me senté en la descalzadora y, escuchando el fatigoso respirar de mi tío Manolo me quedé esperando que alguien entrase en el cuarto para poder salir pues no me atrevía a abandonar la habitación por si mi tía se enfadaba. Así estuve durante no sé cuánto tiempo hasta que oí cómo sonaba el timbre deseando que fuese una visita que me hiciese el relevo. A mis catorce años la situación se me antojaba angustiosa y cada minuto se me hizo un siglo hasta que la puerta se abrió dando paso a mi tía acompañada de un matrimonio que venía a hacer la visita. Aproveché el momento y con un adiós casi musitado salí a escape y no paré de correr hasta que llegué a la puerta de mi casa. Aquella traumática experiencia me tuvo impresionado con el hecho de la muerte durante muchos años.

sábado, 8 de abril de 2017

PENÉLOPE



Yo te dejé en aquella estación
donde pasamos los días más felices
pero me fui y sin decirte adiós
jamás volví a llamar a tu puerta.
Es la  verdad que tuve yo la culpa
pues no te dí ninguna explicación
y era de ley que te la hubiera dado.
Te hice sufrir y nunca sabré cuánto
y me perdí hacerte muy feliz
quedándome a tu lado.
Quizás mi deuda contigo sea tan grande
que tenga que pagarte en una vida,
pero si ésta la llevo más de media,
será imposible por más que yo lo quiera.


jueves, 6 de abril de 2017

AMOR EN TRECE VERSOS



Son tus manos que saben de caricias,
son tus ojos, tus labios y tu pelo,
es tu pecho que me cobija siempre
y tu espalda que acepta mis contactos
temblando de placer y de deseo.
Son tus dedos ligados con los míos,
tus pupilas, tu boca que me ofrece
mil sabores de amor y de lujuria
cuando toman partido nuestras lenguas
y perdemos de vista nuestro suelo
pues volamos sin alas, sí, volamos
en un cielo de gozo y de pasiones,
en un cielo que ahora ya sí es nuestro.

miércoles, 5 de abril de 2017

Mis libros a vuestra disposición



Desde hoy podéis encontrar mi último libro de relatos cortos en “Papelería Milla”, junto al bar de los Hermanos Uceda en la Avenida de Santa Ana.
En breve también estará disponible en “Papelería Goya” y muy posiblemente en la próxima Feria del Libro que se celebrará del 19 al 23 de este mes en la Plaza Mayor de Andalucía.
De antemano os doy las gracias por leerme.


lunes, 3 de abril de 2017

TIEMPOS



Los tiempos ya pasados se perdieron
en el abismo cruel de los olvidos,
los tiempos venideros nos harán
que veamos las cosas de otro modo,
de otro modo más intenso y feliz
pues sabemos que queda menos tiempo
y apuraremos la copa hasta el final
como se apura el agua en un desierto,
sin que nada nos quite ya esa sed
que abrasa la garganta pero luego
nada impide que volvamos otra vez
a rebuscar entre los pliegues de la vida
una nueva ilusión que nos ayude
a ser aquello que siempre imaginamos.

sábado, 1 de abril de 2017

NINGÚN TIEMPO PASADO…



Y tú has venido a visitarme
cuando ya no me parecía posible
porque han pasado tantos años que
pensaba estar en medio de tu olvido.
Han sido muchos años, sí, han sido muchos
pero no fueron tantos
como para borrarte de mis sueños
donde has tenido un rinconcito tú
desde los días del pasado aquél
en que nos separamos.
Difícil es que pudiéramos coser
dos vidas separadas tanto tiempo,
será mejor dejarlo todo igual seguramente
para empezar así una relación
de amigos para siempre.