lunes, 28 de mayo de 2018

EL PERRO DEL VECINO

      Sacado de mi poemario "Para Locos Bajitos".



No sé cómo se llama
el perro del vecino,
los niños le llamaban
“perro sin nombre”
y el perrillo acudía
a sus llamadas
para jugar con ellos
por las mañanas.
El perro del vecino
pulgas no tiene
ni tiene garrapatas,
tampoco tiene
debajo del pellejo
ni tiene carnes
sólo tiene los huesos
porque no come.
El vecino no tiene
nada que darle
y el pobrecito perro,
dale que dale,
se busca lo que puede
en las basuras,
los niños de sus casas
le traen la suya:
los medios bocadillos,
los bollos duros
que el perro los tritura
con sus colmillos
y meneando el rabo,
agradecido,
ladra con alegría
a los chiquillos
y juega al escondite
con todos ellos
pero nunca “las queda”
porque no sabe
contar hasta cuarenta
ni taparse los ojos
con las dos manos.

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