sábado, 19 de mayo de 2018

LA BRUJA MANOLITA


Este poema forma  parte del contenido de mi primer poemario para niños que estoy preparando en estos momentos y que llevará como título: “Para Locos Bajitos”


Era un bruja pequeña,
era una bruja bonita,
era una bruja risueña:
se llamaba Manolita.
Preparaba sus potingues
en la cocina de atrás,
en una hornilla chiquita,
en una hornilla de gas.
Allí tenía sus libros
rebosantes de conjuros,
de recetas y de hechizos
entre aquellos cuatro muros.
Manolita no asustaba
ni a los niños ni a las niñas
y hasta hacía de mediadora
cuando había alguna riña.
La gente la saludaba
cuando iba por la calle,
la invitaban a café
los sábados por la tarde.
Manolita agradecida
les regalaba potingues
para el cutis, para el pelo
y conjuros para el ligue
y es que Manolita era
un bruja muy legal
y por eso la querían
como si fuera una más
pues aunque bruja que era
nunca hizo ningún mal.
En las ferias madrugaba
y se ponía a cocinar
chuches, dulces, golosinas
que a los niños regalar.
Y los niños y las niñas
se divertían con ella
porque les contaba historias
de príncipes y princesas.
Nunca la notaron triste,
alegre cual cascabel,
era una bruja feliz
que sabía hacer el bien,
sus conjuros eran buenos
y sus pócimas también.
Y hasta aquí llega esta historia
de la bruja Manolita
que no asustaba a la gente
y así todos la querían.


1 comentario:

  1. primero felicitarte el cumple ..
    segundo, seguro que será el poemario maravilloso
    un beso

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