sábado, 16 de junio de 2018

¿Qué ha pasado?


El disparo resonó en medio del silencio y su eco fue rebotando a lo largo de la estrecha callejuela. El hombre y la mujer se miraron y luego se volvieron hacia el segundo piso como queriendo adivinar si el sonido había salido de allí.
Mientras el silencio volvía a rellenar la noche, la pareja corrió en dirección al sucio farol que, a duras penas, intentaba iluminar la calleja. Mientra él consultaba su reloj, ella se retocó mirándose en el pequeño espejo que había extraído de su bolso.
No se había extinguido del todo el último eco del disparo cuando un gran estampido hizo temblar el empedrado suelo que estaban pisando a la vez que una gran llamarada salía por todos los huecos de la casa ante la que habían estado parados hacía tan solo unos segundos. Cristales hechos añicos volaron desde todas las ventanas y cayeron sobre ellos. La mujer se llevó las manos a su cabeza y las retiró manchadas de sangre en tanto que el hombre se sacudió con el sombrero los pequeños alfileres de vidrio que cubrían su abrigo. Después se volvió hacia ella que, en actitud de aturdimiento, se miraba con ojos incrédulos la sangre que cubría sus manos.
Del fondo de la callejuela surgieron dos fogonazos y, tanto la mujer como el hombre, cayeron al suelo fulminados con sendos balazos en el corazón.
─ ¿Qué ha pasado? ─ Preguntó alguien a voz en grito desde una ventana.

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