lunes, 9 de febrero de 2015

Soledad



Vivía en un apartamento solo. Tomaba el café solo, el whisky solo, desayunaba solo, almorzaba solo y cenaba solo. Sólo tenía un hermano, sólo un sillón, sólo un sofá y sólo una cama. Sólo tuvo una ilusión, sólo tuvo un amor y sólo tuvo un desengaño. Se paseaba solo, viajaba solo y trabajaba solo. Llegó a sentirse tan solo que hablaba solo. Era el paradigma de la soledad.

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