lunes, 27 de enero de 2014

¿Falta de respeto?



         El pasado jueves, 23 de enero, se celebró en el pub 41 de nuestra ciudad una lectura poética organizada por la Asociación Círculo Cronopio y que tuvo como protagonista a Carlos Marzal, Premio Nacional de Poesía y un poeta de referencia en el panorama literario actual de nuestro país.
         El evento convocado para las ocho y media de la tarde no dio comienzo hasta las diez menos cuarto como corresponde a un acto cultural serio. La lectura del poeta se podría considerar como fuera de tono como mínimo porque los vapores del alcohol le nublaron tal vez el entendimiento e intentó hacer de cómico aficionado y malo amén de proferir de cuando en cuando algún que otro exabrupto como:” vais a bailar como perras cuando termine de leer esto”, dirigido a señoras y señoritas que presenciaban el espectáculo posiblemente sin saber bien quién era el personaje que tales barbaridades intercalaba entre versos de una altura incomparablemente mayor.
         Espero que la próxima lectura del día seis de febrero sea algo muy diferente a lo visto en la que comento dado que Círculo Cronopio es una asociación seria que apuesta por la Cultura y no por la chabacanería.

jueves, 16 de enero de 2014

Volar, pero adónde



Bajó del avión pálido como la cera y es que lo de volar no era santo de su devoción. Si no hubiera sido porque estaba ya desesperado de buscar sin resultado un trabajo, nunca hubiera cogido ese vuelo que le había trasladado hasta las Américas.
Después de recoger su equipaje y de pasar los trámites de la aduana, atravesó la terminal y salió al exterior.
Rechazó el ofrecimiento de varios taxis pues debían venir a recogerle según le dijeron por teléfono antes de salir de España y se aproximó al bordillo de la acera con la intención de hacerse visible a la persona que viniese a por él.
Los primeros quince minutos de tardanza los achacó a la circulación, cuando ya llevaba media hora esperando pensó que habrían sufrido una avería. Su teléfono móvil no funcionaba en absoluto porque no habría ninguna compañía telefónica compatible con la suya.
Según iban pasando las horas su preocupación iba aumentando a pasos agigantados hasta que al fin, cansado de esperar a pie firme, tomó la decisión de volver a entrar en la terminal del aeropuerto y continuar su espera de una forma más cómoda. Dio media vuelta y… entonces fue cuando lo comprendió: Se había equivocado de aeropuerto.

jueves, 2 de enero de 2014

La gotera



¿Qué tal has pasado la noche con el temporal?
Pues fatal porque una gotera no me ha dejado dormir en toda la noche. Si le ponía un cubo, el goteo comenzaba con ruido metálico y, después era un martirio el golpeteo de las gotas de agua cayendo sobre el agua. Por otra parte, si no ponía nada, el chapoteo sobre el suelo mojado era algo insufrible…
¿Por qué no has puesto un trapo o algo para amortiguar el sonido, porque esta noche parece ser que va a seguir lloviendo?
¿Y por qué te crees que estoy aquí comprando toallas de baño?