Las sábanas revueltas y un
olor a ti
es lo que queda cuando yo
despierto,
la huella de tu cuerpo me dice
que sí,
que tú estuviste desde ayer
conmigo.
Pero, ¿por dónde te escapaste
hoy?,
pues tengo echada la llave de
mi puerta,
si en la ventana tengo rejas y
estoy rodeado de un desierto
inmenso.
Tal vez volaste desde el
palomar
cual mensajera que vuelve a su
cobijo,
tal vez tú fuiste sólo una
ilusión
y me asaltaste en medio de mi
sueño.