Te encuentro en el aliento
del viento que mueve en el
jardín
las flores y las hojas,
y suena a melodía
de noche de verano
que, en medio del calor,
te mece y te adormece
con ritmo encantador,
pero también te encuentro
entre las arboledas
de bosques tenebrosos
que encierran en los cuentos
princesas encantadas,
enanos y ogros mil.
Pero por más que busco
entre las angosturas
de mi fugaz memoria
no encuentro la caverna
donde escondiste tú
el amor que vivimos y quiero revivir.