Yo soy
Gonzalo de Córdoba,
el de las
cuentas cabales
que el
rey Fernando no quiso
entender
que eran reales.
Como su
esposa, Isabel,
apreciaba
mis hazañas
él no me
pudo encerrar
y me
desterró de España.
Me hizo
Virrey de Nápoles
para
engañar a su dama
y pa
conformarme a mí
que era
la luz de sus armas.
Yo fui su
Gran Capitán,
el que
sus tercios mandara
victoriosos
por Europa
paseando
vencedora
la
bandera de mi España.
Mas
cuando murió la reina,
que era
la que aquí mandaba,
me llamó
para decirme
que a
Loja me desterraba,
sin poder
salir de allí hasta
que la
muerte hallara.
Mi esposa
doña María.
con quien
me casé en su Palma,
era
grande y buen cristiana
llevó mis
restos mortales
a la ciudad
de Granada
donde
ella se mudó
e hizo
mucha caridad
entre los
pobres que hallara
y mandó
decir cien misas
para
salvar la mi alma.