No cunda
el desaliento
ni aflore
la tristeza,
estamos
confinados
pero
tenemos fuerza
para
seguir amando,
pero
también sufriendo,
para
encontrar caminos
borrados
por el tiempo
para
sentirnos nuevos
sin miedo
a deambular
por
aquellos senderos
que antes
nos llevaban
a
descubrir el mundo
por
montes, ríos y valles
sin
pensar en peligros
que
acechen nuestras vidas,
sin nada
a qué agarrarnos,
libres al
caminar.