Con la
esperanza puesta en un futuro
pasan los
días arrastrándose,
como si
cada hora les pesase tanto
que no
parecen terminarse nunca,
como
secuencias a cámara lenta
en un
documental interminable
cuyo
final incierto no podemos
ni
vislumbrar ni predecir y somos
como
juguetes de un destino loco,
de una
broma terrible, de una burla.
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