La cosa
no pintaba nada bien para Anselmo. Le habían entrenado durante más de seis
meses y su nivel de aprovechamiento había sido excelente de tal manera que era
capaz de abatir con su fusil de mira telescópica cualquier cosa que se moviera
a trescientos metros de distancia.
Le
trasladaron a su puesto de francotirador cuando aún era de noche pero… ellos
habían llegado antes y, en cuanto clareó, las balas comenzaron a silbar sobre
su cabeza y no había manera de asomarse.
¿Alguien
sabe cuánto tiempo le suele durar la munición al enemigo?, porque eso no se lo
habían enseñado.
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