Llegaste como el
viento,
rozándome,
como esa niebla que
aparece
en el letargo del
otoño,
impregnándome todo
con tu aroma,
introduciéndote por
todos
los poros de mi
piel,
calándome muy
hondo.
Fue una emoción,
una ilusión, una
locura,
una pasión ardiente,
un fuego loco
que nos quemaba la
piel y las entrañas,
pero que nunca cesa
aunque atempera
su fuerza con los
años que han pasado
mientras mantiene
intacta su grandeza.
que cosa más bella Jota...
ResponderEliminaryo siempre pensé que me pasaría algo así, pero últimamente siento que es más una cárcel con un bello recuerdo
besos