domingo, 12 de julio de 2020

LA GATA PARDA


Estaba la Gata Parda
descansando en su cojín
cuando vino a molestarla
un pequeño ratoncín:
¿Tú eres la Gata Parda
que asustaba a mi papá?
Preguntaba el ratoncillo
sin pensar en el peligro
de las zarpas de la gata
que le podrían matar.
La gata muy sorprendida
por el valor del ratón
no supo qué contestarle,
por eso dijo chitón
y cerró sus ojos verdes
ignorando al preguntón.
Pero el ratón era terco
y esperaba una respuesta,
cuando la gata volvió
a mirar en derredor,
se encontró que no se iba,
que allí esperaba el ratón
y no tuvo más remedio
que contestar su pregunta:
Tu padre era tan pesado
que le tuve que asustar
y poder vivir tranquila
sin tenerle que matar
pues yo vivo muy a gusto,
estoy bien alimentada
y ya no quiero cazar.


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