domingo, 25 de octubre de 2020

Estado de alarma

 

Nuestra vida se encuentra en stand by, como si fuera un electrodoméstico cualquiera, como si toda la película vital se hubiera detenido de improviso y nuestro corazón se fuese ralentizando y su latir se volviera inaudible apenas o, al menos, casi no lo sintiéramos.

Ahora sí, ahora ya no hay más remedio que cumplir las “ordenanzas” y salir a la calle lo menos posible para evitar los contagios y, como dicen algunos políticos, salvar vidas, salvar las vidas de nuestros congéneres y, sobre todo, salvar vidas de nuestros familiares y de nuestros amigos y amigas que son, por otra parte, lo mejor que tenemos.

Seamos pues consecuentes con lo que debe ser nuestra conducta y practiquemos el sentido común que, a veces y desgraciadamente, suele ser el menos común de los sentidos.

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