Fuiste maestra cercana,
maestra
“particular”,
siempre
estuviste a mi lado
como si
fueras mi hermana
como si
me protegieras
de tropezones,
caídas,
y curases
mis heridas
cuando al
suelo yo me iba.
Me
arropabas por las noches
y me
mecías la cama
para que
yo me durmiera
hasta la
nueva mañana.
Nunca me
has abandonado
y quiero
seguir contigo
para
decirte “mi vida”:
eres lo
más que he tenido.
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