En los momentos centrales del crepúsculo
que pinta de color el horizonte,
cesa el pajarilleo entre los árboles
cuando la última de esas avecillas
encuentra su aposento.
Es la noche que viene a visitarnos
con su negrura opaca y envolvente,
como un mar de silencio y soledad
en el que estamos inmersos, sumergidos,
nadando entre tinieblas.
La vigilia, hermana del insomnio
nos asalta y nos hace prisioneros,
los sueños escapan aterrados
y nos dejan prendidos de sus garras
perdidos sin remedio.
"El pajarilleo" , me ha encantado esa expresión
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