Hay muchas clases de médicos en los
hospitales:
La mayoría, afortunadamente, visitan a
sus pacientes y ponen todo su interés en aliviarles, como mínimo, y en intentar
por todos los medios curarles.
Hay otros que sólo reciben en consulta
y les recetan lo que estiman mejor para su salud después de hacerles algunas
pruebas sencillas como auscultarles, tomarles la tensión y el pulso.
También los hay que recetan sin mirar
siquiera al enfermo y, a veces, aciertan como el que juega a la ruleta rusa.
Por
último hay algunos que se dedican a pasear con el fonendo colgado al cuello
para que se sepa cuál es su profesión.
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