Aquella
extraña habilidad le tenía desconcertado desde hacía algún tiempo. No se
explicaba cómo cada vez que visitaba el zoológico terminaba en alguna de las
jaulas y es que había sido ya león, jirafa, cocodrilo y elefante pero, cosa
curiosa, nunca había repetido la especie de animal en la que se había
convertido.
No pudo encontrar la causa de este
fenómeno por más que intentó bucear en las profundidades de su memoria. Se pasó
incluso noches en vela tratando de dar con la clave que desencadenaba el
suceso.
Un
“clic” le sacó de su introspección: ¡Claro! ¡Ahora sí lo comprendió todo de
golpe! Acababan de convertirle en la fotografía de un hipopótamo.
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